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El debate sobre la finalidad de la naturaleza queda fuera del método científico

dios y la ciencia


"Existen unos límites menos conocidos —que podríamos llamar internos— que señalan realidades que, perteneciendo al dominio de la ciencia, no son alcanzables por ella. Dos ejemplos destacados son la indeterminación cuántica y la incompletitud matemática. La combinación del principio de incertidumbre de Heisenberg* y la teoría del caos nos permite afirmar que la información precisa sobre el futuro no existe porque no tiene soporte físico posible; el futuro está indeterminado. Por otro lado, el matemático austríaco Kurt Gödel* demostró que, en un sistema lógico suficientemente complejo como para incluir la aritmética, hay teoremas que, siendo ciertos, nun capodrán ser demostrados. Una consecuencia es la existencia de problemas indecidibles. Por ejemplo, Gregory Chaitin* ha demostrado que no existe un algoritmo que pueda determinar en general el carácter aleatorio de un proceso. Si entendemos que azar y finalidad son conceptos opuestos, se concluye entonces que el debate sobre presencia o ausencia de finalidad en la naturaleza queda fuera del método científico y solo puede ser abordado desde la razón filosófica"


Fernando Sols
Catedrático de Física de la Materia Condensada
Universidad Complutense de Madrid

Pueden consultar una ampliación de este tema, AQUÍ, AQUÍ y AQUÍ


*Werner Karl Heisenberg, físico alemán, promulgó el principio que lleva su nombre según el cual  es imposible medir simultáneamente de forma precisa la posición y el momento lineal de una partícula. Heisenberg fue galardonado con el Premio Nobel de Física en 1932.

*Kurt Gödel, filósofo y matemático austriaco-estadounidense. 

*Gregory Chaitin, matemático y científico de la computación de origen estadounidense, nacionalizado argentino.


En otras palabras, cuando un biólogo o físico pontifica sobre el propósito último de la vida y el universo (o la ausencia de ese propósito) equivaldría a que un impresor pontificara sobre la influencia histórica y real de la literatura en el desarrollo moral e intelectual del ser humano. El impresor puede ofrecer su opinión, por supuesto, sobre un tema que de algún modo está relacionado con su campo de trabajo, pero su opinión será sólo eso, un intento personal y totalmente subjetivo de interpretar el asunto, nunca una declaración ex cathedra que deba ser considerada como la magna Verdad.

El físico y el biólogo pueden arrogarse esta autoridad (de hecho, algunos lo hacen y si ellos no lo hacen, otros se la otorgan), pero que alguien se arrogue una autoridad sobre una disciplina que no le compete, no le reviste realmente de esa autoridad ni le convierte en modo alguno en un oráculo infalible.

Dicho todo con el mayor de los respetos para el biólogo, el físico y el impresor... Sobre todo para éstos últimos, por quienes siento una especial estima ;-)