Como siempre, los comentarios en gris son de nuestra autoría.
"El debate público sobre la supuesta polémica entre ciencia y religión se ha ido incrementando en los últimos años en una especie de revival de las discusiones cientificistas del siglo XIX.
Un vistazo a las mesas promocionales de cualquier librería generalista expondrá ante el aspirante a lector de ciencia las obras de autores como Richard Dawkins, Daniel Dennett o Christopher Hitchens en las que se ataca despiadadamente la religión... (Sus libros) son ampliamente difundidos bajo la etiqueta de divulgación científica (...) (Los libros de los expertos teístas o deístas, sin embargo, o no se traducen, o son retirados de la circulación en un par de años).
Los argumentos de todos estos libros no son nada complejos, pero tienen un enorme impacto sobre la opinión pública cuando las ideas que alumbran se repiten una y otra vez en medios de comunicación masivos como la televisión, el cine e internet. No hablamos de programas, web o prensa (serios) que sigan un debate con las reglas de la ciencia y de la lógica, sino de productos de la industria cultural como series televisivas, películas comerciales o foros online".
Por poner un ejemplo, en las primeras escenas de la película "Friends with kids", uno de los actores, Adam Scott, aparece en la cama leyendo un ejemplar bastante grande y con una portada bien visible de "El espejismo de Dios", que poco después deja sobre la mesilla de noche, quedando el libro durante varios segundos como único protagonista del plano... Ignoramos si Dawkins pagó o cobró por esta toma, pero, en cualquier caso, la publicidad no fue precisamente subliminal :-)) Y aquí les dejo un ejemplo de una típica discusión ciencia-fe online, a esto se refiere el profesor Nieto. El debate que tiene lugar bajo el vídeo que enlazo es un cliché de este tipo de discusiones populares en la red. Siempre es igual: los ateos claman por "evidencias científicas" (algunos listillos escriben "empíricas" para dar más miedo :-) aunque muchos de ellos tampoco sepan con exactitud qué significa ese término) pero, desgraciadamente, los únicos creyentes que se animan a participar en la charla son literalistas de la Biblia con escasa formación, que no saben cómo ofrecer esas evidencias exigidas. Cristianos sinceros y, sin duda alguna, bienintencionados que, desafortunadamente, sólo consiguen estorbar la causa teísta.
Ni que decir tiene que respetamos la Biblia y cualquier otro texto sagrado y a quienes creen en ellos, admiramos sinceramente el entusiasmo y la valentía de los cristianos evangélicos, pero entendemos que las Escrituras no son muy útiles cuando se utilizan como argumento contra el ateísmo, precisamente porque los ateos no las consideran "sagradas". Es necesario acudir a otras fuentes cuya autoridad sea reconocida por ambos bandos, así como usar otras estrategias dialécticas, más complejas quizás, pero muy efectivas, como, por ejemplo, exponer los argumentos filosóficos y científicos a nuestro alcance, que son muchos, y desmontar las falacias ateas, que también son muchas :-).
El problema es que un hipotético internauta imparcial, y poco informado, que observara estas discusiones "desde fuera", llegaría a la errónea conclusión (de hecho, así ocurre) de que el debate ciencia-fe en la actualidad es "exclusivamente" eso: por un lado, ateos de a pie repitiendo unos cuantos datos científicos memorizados e interpretados de forma sesgada por ateos famosos y, por el otro, creyentes dolidos que se defienden atacando a la Ciencia, incapaces de ver más allá de las tapas de su libro de devociones. Es de esperar que, en este escenario, ganen los ateos por goleada, y el internauta imparcial y poco informado deduzca que el debate está definitivamente cerrado y Dios fuera del juego. Pero es que este NO es el debate Ciencia-fe real y no tiene nada que ver con los debates serios que tienen lugar en círculos eruditos. Este que les enlazo, por ejemplo, sí es mi ideal de un debate de altura acerca del paradigma materialista, la hipótesis filosófica de Dios y el peligro galopante del cientifismo. Pero esto es una rara avis en el espacio web. Aquí tienen otra.
Aun así, les proponemos unos consejos por si se deciden a participar en alguna de estas discusiones:
En la mayoría de estas charlas, los errores lógicos típicos en los que suelen caer los ateos son la falacia del hombre de paja, el argumento ad hominem, el argumento de autoridad (supongo que les suena eso de: "eres un ignorante, Dios no existe porque lo ha dicho Stephen Hawking que es un genio" ;-)) y las falacias de asociación en todas sus formas, como por ejemplo la Secundum quid. Usan, como decimos, muchas más, pero estas que citamos son sus predilectas.
Una vez identificada la falacia en cuestión, la estrategia a seguir consiste en advertir al ateo que está cayendo en un error de lógica y que esto desacredita su discurso (la mayoría de ellos NO sabe que lo están haciendo, se limitan a repetir palabra por palabra las prédicas de Dawkins y otros pseudoescépticos mediáticos sin analizar ni contrastar nada y, por tanto, sin percibir que están siendo desinformados). Una vez desenmascarado, el ateo puede reaccionar de dos formas: o bien acepta su error y retira las falacias y, en este caso, su argumentación contra la hipótesis Dios suele quedar fatalmente mutilada (circunstancia que, si el teísta es hábil, sabrá aprovechar sin dificultad alguna :-)); o bien se negará a retirarlas. En este caso, el teísta tiene legitimidad para negarse también a seguir debatiendo contra un argumento que no es reconocido como falaz, recordando a su oponente que, aunque se retire del debate, esto no le concede al ateo automáticamente la victoria, pues la Verdad no tiene por qué respetar el orden de aparición ni se adhiere "mágicamente" al último que habla. Pretender que el que no quiere seguir hablando "ha perdido" equivaldría a incurrir en un argumentum a silentio, es decir, añadiría una falacia más al ya abultado cómputo de nuestro ateo.
Otra opción sería continuar en el debate y usar contra el ateo las mismas falacias que él utiliza contra nosotros. Esta última NO es una actitud intelectualmente honesta, pero si a nuestro oponente, una vez avisado, no le importa ser deshonesto y obviar las reglas del juego, es de suponer que nos brinda vía libre para que nosotros hagamos lo propio. A mi parecer, podemos aprovechar la ocasión, siempre y cuando dejemos claro lo que estamos haciendo. Por ejemplo, si el ateo es lo suficientemente ingenuo como para atacarnos con el trillado razonamiento: "la fe es peor que la ciencia porque la primera sólo ha causado muerte y destrucción poniéndose de parte del poder, recuerda las Cruzadas, la Inquisición, etc...", nosotros nos rebajaremos hasta su altura para ver el mundo desde su simplista óptica maniquea y responderemos con otra falacia del mismo calibre e igualmente absurda: "en ese caso, la Ciencia ha cometido el mismo pecado, poniéndose siempre de parte del poder, vendiéndose al mejor postor y causando muerte y horror; recuerda que la Ciencia estaba detrás del Proyecto Manhattan y de los terroríficos experimentos nazis, la Ciencia está detrás de las armas químicas y bacteriológicas y de la mayoría de los sofisticados artefactos de guerra que hoy conocemos; de hecho, 'gracias a' la Ciencia, el hombre tiene hoy por primera vez en la Historia el poder de destruir toda la Tierra apretando un botón"...
Reconocemos que ésta es una artimaña sucia donde las haya :-), exactamente igual de sucia que cuando la usan los ateos. Por supuesto que la Ciencia NO es "mala" SÓLO porque todos los tiranos la hayan usado y la sigan usando en beneficio de sus infames intereses, pero el ateo entenderá mejor dónde está el fallo de su argumentación si utilizamos la MISMA falacia que ellos: obviamente, si no es justo reducir toda la Ciencia a su parte más oscura, tampoco es justo hacer lo mismo con la fe.
Disculpen las mayúsculas, dejamos continuar al profesor Nieto.
"La enorme potencia de la industria cultural ha conseguido inducir un pensamiento único en contra de la religión, una verdadera apisonadora que imposibilita un sincero debate sobre las relaciones de compatibilidad entre ciencia y fe.
No es difícil identificar al menos dos enormes grietas en el edificio anti-concordia ciencia-fe. En la lista de argumentos retóricos que el materialismo cientifista ha elaborado, se observa siempre la misma paradoja: bajo la apariencia de un discurso científico hay realmente una construcción típica de propaganda ideológica moderna, basada en axiomas impuestos por la voluntad de poder.
Repasemos dos de los argumentos de los ateos cientifistas:
-La exigencia de una prueba empírica material de la existencia de un Ser espiritual. Los ateos cientifistas niegan que se pueda creer en nada que no está científicamente demostrado, pero las ciencias experimentales sólo pueden ocuparse, por definición, de lo que se puede contar y medir. Intentar someter la realidad de un Ser espiritual a la prueba empírica material es un inútil ejercicio que sólo cabe en una cabeza cuya lógica racional no esté funcionando bien, o parta de axiomas (podríamos llamarlos dogmas materialistas) que no prueban nada, sino que lo presuponen desde la lógica de una ideología.
(En cuanto a la razón de la supuesta falta de "evidencias" a favor de la existencia de Dios, pueden consultar algunas claves aquí, aquí, aquí, aquí, aquí y aquí, entre otras entradas).
-La negación de los argumentos metafísicos. Una vez que queda claro que toda la realidad no se somete al método científico, nos quedaría, desde lo puramente humano, el camino de la metafísica, que también es una actividad racional. Sin embargo, los ateos cientifistas, aplicando otra vez un axioma-dogma previo, buscan el sentido de las cosas, y la pregunta por el sentido es, para ellos, una pregunta absurda, al no poder responderse con métodos experimentales. Viene aquí a cuento el chiste del hombre que en plena noche busca algo bajo la luz de una farola. Un vecino que le ve se acerca y le pregunta: '¿Qué buscas?'. 'Mis llaves', le responde el primero. El buen vecino intenta ayudarle y, tras dos minutos sin encontrar nada, le dice: 'Vecino, aquí no hay llaves'. Ante su estupor, el otro le contesta: 'No, si las he perdido en ese bosque de al lado, pero es que aquí hay luz para buscarlas y allí no'. :-D
No encontraremos el sentido de la vida bajo la lente de un microscopio ni en un acelerador de partículas, pero eso no autoriza a nadie para decir que el sentido de la vida no exista. O, lo que es peor, que esté prohibido debatir sobre él.
He dejado fuera de este breve análisis los argumentos más burdos del ateísmo cientifista sobre sucesos inventados o reales, que pretenden contaminar el debate ciencia-fe con la falacia del 'hombre de paja' (véase más arriba), pero su enumeración somera es necesaria porque forma parte de su estrategia de propaganda ideológica. Ninguno de ellos demuestra nada, pero tienen un gran efecto emocional: la Inquisición, las Cruzadas, el machismo, el engaño de la magia, el tarot, la colaboración con el nazismo, el creacionismo fundamentalista, las riquezas de la Iglesia... Un totum revolutum, una lista de acusaciones que nada dicen sobre si la fe y la ciencia son compatibles, aunque cuenten verdades o mentiras sobre creyentes y no creyentes.
En este post explicamos cómo un ateo me acusó, sin conocerme de nada y sólo por ser creyente, de ser una "fan de 'El Secreto'". En el verano de 2015 y para mi sorpresa, una agnóstica absolutamente desconocida para mí, me acusó de ser "franquista" (??) En estos casos me gusta tomar prestada la broma de Dawkins: el hecho de que Hitler y Stalin tuvieran bigote, ¿significa que ambos eran ideológicamente afines? :-) Que Franco fuera creyente, ¿me convierte a mí en franquista? Se sabe que Hitler era un gran defensor de los derechos de los animales... ¿Esto significa que los actuales animalistas son todos nazis?... En fin, estas absurdas acusaciones configuran una falacia de arreglo de bulto (aparte del "hombre de paja") muy común en el discurso ateo, y el teísta debe estar prevenido ante ellas, para, cuando lleguen, reaccionar sin acaloramientos. No se enojen, como advierte el profesor Nieto, estos "argumentos" ni siquiera lo son y no demuestran nada, excepto la escasa imaginación de algunos debatientes para encontrar argumentos reales y sólidos. De hecho, incluso deberíamos alegrarnos de que el ateo recurra a ellos, es un buen síntoma porque:
"En la mayoría de las ocasiones, todas estas acusaciones aparecen cuando la grieta principal del edificio cientifista amenaza con derrumbar definitivamente la construcción y despojar de su disfraz a esta ideología seudocientífica.
Creo que el principal problema de inconsistencia con el que se enfrenta esta corriente es el de encajar en su imagen del mundo el problema de la libertad (los ateos, al sostener que el ser humano es sólo un "robot", un conjunto de piezas casualmente bien encajadas, deben aceptar forzosamente la inexistencia de la libertad individual humana. Los robots no son libres. Esta es, por ejemplo, la postura de Daniel Dennett, uno de los gurús del ateísmo actual, hablábamos de ello aquí).
Si sólo existiese lo material, la libertad humana no existiría. Como resultado, el discurso cientifista no sería más que el parloteo previsto de una máquina de carne. Tampoco existiría la responsabilidad moral sobre los propios actos, pues sin libertad no hay responsabilidad. Nadie denuncia al coche cuando le atropellan, denuncia al conductor imprudente.
Con todo, una de las posiciones que más daño hacen al debate sobre la ciencia y la religión no proviene del ateísmo, sino de la corriente fideísta del fundamentalismo religioso, normalmente de raíz protestante, que se empeña tanto como el ateísmo en oponer la ciencia a la fe (no pretendemos ofender a nadie, pero, como hemos explicado más arriba, esta actitud hace que los ateos menos avisados -que son la mayoría- concluyan que todos los creyentes tenemos la misma cosmovisión e idea de Dios y la misma actitud hostil hacia la Ciencia que estos fieles evangélicos, precisamente porque, repetimos, estos creyentes suelen ser los más activos en los foros online). El fideísmo es un mal compañero en el viaje a la verdad.
Las ideas tienen consecuencias, y en este caso éstas pueden ser muy graves. El escarnio y la burla de los sentimientos religiosos no son nuevos, pero hasta ahora sólo los habíamos visto en entornos políticos totalitarios. Actualmente estamos viendo un aumento de su práctica en todas sus formas (blasfemias, ridiculización, burla...) en un intento de arrinconar la fe en el espacio privado como si se la identificara con un vicio vergonzoso. Nada nuevo, si uno lo mira bien y recuerda las técnicas propagandistas de las ideologías de entreguerras.
Pienso que esta beligerancia contra la fe, en nombre de una falsa ciencia como la que enarbola el ateísmo cientifista, es en muchos casos una salida personal para auto-justificar el propio estilo de vida (supongo que conocen la célebre anécdota infantil de Sartre :-) muchos prefieren que no haya nadie mirando cuando queman su particular "alfombrilla", lo que no supondría más que otra versión del efecto Epicuro), o una actitud pre-nihilista de 'enfado' con Dios.
Negar la realidad a la que no es accesible la ciencia, no la hace irreal, sólo inaccesible por ese camino. Hay múltiples caminos para escrutar una realidad que es diversa. Robert Jastrow, que fue director del Goddard Institute of Space Studies de la NASA, decía: 'Para el científico que ha vivido en la creencia en el ilimitado poder de la razón, la historia de la ciencia concluye como una pesadilla. Ha escalado la montaña de la ignorancia, y está a punto de conquistar la cima más alta. Y cuando está trepando el último peñasco, salen a darle la bienvenida un montón de teólogos que habían estado sentados allí arriba durante siglos'".
"En la mayoría de las ocasiones, todas estas acusaciones aparecen cuando la grieta principal del edificio cientifista amenaza con derrumbar definitivamente la construcción y despojar de su disfraz a esta ideología seudocientífica.
Creo que el principal problema de inconsistencia con el que se enfrenta esta corriente es el de encajar en su imagen del mundo el problema de la libertad (los ateos, al sostener que el ser humano es sólo un "robot", un conjunto de piezas casualmente bien encajadas, deben aceptar forzosamente la inexistencia de la libertad individual humana. Los robots no son libres. Esta es, por ejemplo, la postura de Daniel Dennett, uno de los gurús del ateísmo actual, hablábamos de ello aquí).
Si sólo existiese lo material, la libertad humana no existiría. Como resultado, el discurso cientifista no sería más que el parloteo previsto de una máquina de carne. Tampoco existiría la responsabilidad moral sobre los propios actos, pues sin libertad no hay responsabilidad. Nadie denuncia al coche cuando le atropellan, denuncia al conductor imprudente.
Con todo, una de las posiciones que más daño hacen al debate sobre la ciencia y la religión no proviene del ateísmo, sino de la corriente fideísta del fundamentalismo religioso, normalmente de raíz protestante, que se empeña tanto como el ateísmo en oponer la ciencia a la fe (no pretendemos ofender a nadie, pero, como hemos explicado más arriba, esta actitud hace que los ateos menos avisados -que son la mayoría- concluyan que todos los creyentes tenemos la misma cosmovisión e idea de Dios y la misma actitud hostil hacia la Ciencia que estos fieles evangélicos, precisamente porque, repetimos, estos creyentes suelen ser los más activos en los foros online). El fideísmo es un mal compañero en el viaje a la verdad.
Las ideas tienen consecuencias, y en este caso éstas pueden ser muy graves. El escarnio y la burla de los sentimientos religiosos no son nuevos, pero hasta ahora sólo los habíamos visto en entornos políticos totalitarios. Actualmente estamos viendo un aumento de su práctica en todas sus formas (blasfemias, ridiculización, burla...) en un intento de arrinconar la fe en el espacio privado como si se la identificara con un vicio vergonzoso. Nada nuevo, si uno lo mira bien y recuerda las técnicas propagandistas de las ideologías de entreguerras.
Pienso que esta beligerancia contra la fe, en nombre de una falsa ciencia como la que enarbola el ateísmo cientifista, es en muchos casos una salida personal para auto-justificar el propio estilo de vida (supongo que conocen la célebre anécdota infantil de Sartre :-) muchos prefieren que no haya nadie mirando cuando queman su particular "alfombrilla", lo que no supondría más que otra versión del efecto Epicuro), o una actitud pre-nihilista de 'enfado' con Dios.
Negar la realidad a la que no es accesible la ciencia, no la hace irreal, sólo inaccesible por ese camino. Hay múltiples caminos para escrutar una realidad que es diversa. Robert Jastrow, que fue director del Goddard Institute of Space Studies de la NASA, decía: 'Para el científico que ha vivido en la creencia en el ilimitado poder de la razón, la historia de la ciencia concluye como una pesadilla. Ha escalado la montaña de la ignorancia, y está a punto de conquistar la cima más alta. Y cuando está trepando el último peñasco, salen a darle la bienvenida un montón de teólogos que habían estado sentados allí arriba durante siglos'".
Juan Carlos Nieto
Periodista científico
Vocal de la Junta Directiva de la Asociación Española de Comunicación Científica
Vicepresidente primero de la Red Elipsis de investigación y docencia en periodismo científico y tecnológico
Pueden leer el texto completo en el capítulo titulado "¿Cómo se lleva a cabo el debate público sobre Ciencia y Fe?", págs. 118-121 del libro "60 preguntas sobre Ciencia y Fe respondidas por 26 profesores de universidad". Coordinado por los doctores F. J. Soler Gil y Manuel Alfonseca
Stella Maris, 2014
Pueden leer el texto completo en el capítulo titulado "¿Cómo se lleva a cabo el debate público sobre Ciencia y Fe?", págs. 118-121 del libro "60 preguntas sobre Ciencia y Fe respondidas por 26 profesores de universidad". Coordinado por los doctores F. J. Soler Gil y Manuel Alfonseca
Stella Maris, 2014
Ver también:
Cinismo y ateísmo. La rigurosa impostura I y II.
Todas las entradas sobre el cientifismo, incluida esta, aquí.
Todas las entradas sobre el falso conflicto ciencia-fe, incluida esta, aquí.
Encontrarán más información sobre el tema del post en nuestra bibliografía.