"Estos escritores (Richard Dawkins, Christopher Hitchens, Daniel Dennett, Martin Amis, Michel Onfray y Philip Pullman) pertenecen a una generación educada para pensar en la
religión como un atavismo propio de un estadio anterior del desarrollo humano, algo destinado a desaparecer conforme avance el conocimiento. En
el siglo XIX, cuando las revoluciones científica e industrial
modificaban la sociedad a paso veloz, este podría haber sido un
razonamiento sensato. Dawkins, Hitchens y todos los demás quizá crean
aún que, a la larga, el avance de la ciencia arrojará a la religión a
los márgenes de la vida humana, pero ahora mismo esto constituye un
artículo de fe, antes que una teoría basada en la evidencia.
Gran parte de Europa es sin duda poscristiana. Sin embargo, nada sugiere
que el distanciamiento de la religión sea irreversible, o que sea
potencialmente universal... La era secular fue, en todo caso, un tanto ilusoria. Los movimientos
políticos de masas del siglo XX constituyeron vehículos para los mitos
heredados de la religión, y no es accidental que esta reviva ahora que
dichos movimientos se han desmoronado. La actual hostilidad hacia la
religión es una respuesta ante este desenlace. La secularización está en
retirada, y el resultado es la aparición de un ateísmo de tipo evangélico que no se había visto desde tiempos victorianos.
Como en el pasado, este es un tipo de ateísmo que emula la misma fe que rechaza... El ateísmo fervoroso reaviva algunos de los peores rasgos del cristianismo y del islam. Al igual que estas dos religiones, (el nuevo ateísmo) consiste en
un proyecto de conversión universal. Los ateos evangélicos nunca ponen
en duda que la vida humana podría transformarse si todos aceptaran su
concepción de las cosas, y están seguros de que cierta forma de vida –la
suya, adecuadamente embellecida– es la correcta para todos. A decir
verdad, el ateísmo no tiene por qué ser un credo misionero de este tipo.
Resulta totalmente lógico no tener creencias religiosas y aun así
mostrarse afable ante la religión. Es curioso este humanismo que condena un impulso particularmente humano. Y, sin embargo, eso es lo que los
ateos evangélicos hacen cuando satanizan la religión.
La idea de que la religión es una versión primitiva de la ciencia se popularizó a finales del siglo XIX con "La rama dorada / Magia y religión",
el estudio de J.G. Frazer sobre los mitos de los pueblos primitivos.
Para Frazer, la religión y el pensamiento mágico estaban estrechamente
vinculados. Enraizados en el miedo y la ignorancia, ambos eran vestigios
de la infancia humana que desaparecerían con el avance del
conocimiento. El ateísmo de Dennett no es mucho más que una versión modernizada del positivismo de Frazer. Los positivistas creían que, con
el desarrollo de los transportes y las comunicaciones, el pensamiento irracional acabaría por
fenecer, junto con las religiones del pasado. Dennett cree casi lo mismo, sin que obste la historia del siglo pasado. En una entrevista que
aparece en el sitio de internet de la Fundación Edge (edge.org) bajo el
título “La evaporación de la poderosa mística de la religión”, Dennett
predice que “en unos 25 años casi todas las religiones habrán
evolucionado y se habrán convertido en fenómenos muy diferentes, tanto
así que en casi todas partes la religión ya no se impondrá como lo hace
hoy” (exactamente lo mismo se pensaba a principios del siglo XX, ver al final del post la cita de A. F. Rañada). Dennett confía en que esto acontecerá, según nos dice, básicamente
debido a “la diseminación mundial de la tecnología de la información
(no sólo internet sino los teléfonos móviles y las televisiones y radios
portátiles)”. El filósofo, evidentemente, no ha reflexionado sobre la
ubicuidad de los teléfonos móviles entre los talibanes, o sobre el
surgimiento de un Al Qaeda virtual en la red.
(Y, sin ponerse tan trágicos, también debemos añadir, aunque sea obvio, que estos avances tecnológicos que ayudarán a propagar las ideas ateas son también usados por los teístas para propagar las suyas... "Dios y la Ciencia" y sus, hasta el momento, 240.000 visitantes, es un humilde ejemplo de ello :-)).
(Y, sin ponerse tan trágicos, también debemos añadir, aunque sea obvio, que estos avances tecnológicos que ayudarán a propagar las ideas ateas son también usados por los teístas para propagar las suyas... "Dios y la Ciencia" y sus, hasta el momento, 240.000 visitantes, es un humilde ejemplo de ello :-)).
Dawkins reconoce que, puesto que los humanos tienen una tendencia
universal a la fe religiosa, esta debe haber tenido cierta ventaja
evolutiva, pero hoy, dice, esa fe se perpetúa principalmente a través de
una educación deficiente. Desde un punto de vista darwiniano, el papel crucial que Dawkins otorga a la educación resulta desconcertante. La
biología humana no ha cambiado mucho en el transcurso de la historia
conocida y, si la religión es inherente a la especie, resulta difícil
imaginar de qué manera podría incidir sobre ello un tipo diferente de
educación. Sin embargo, Dawkins parece estar convencido de que si no se
inculcara en las escuelas y las familias, la religión moriría. Es esta
una opinión que tiene más en común con cierto tipo de teología
fundamentalista que con la teoría darwiniana, y no puedo sino recordar a
aquel cristiano evangélico que me aseguró que los niños criados en un
ambiente casto crecerían sin pulsiones sexuales ilícitas.
(Claro, si metes a un crío en una urna opaca y no le permites ver ni catar nunca una de esas chucherías que tanto gustan a los pequeños, seguramente crecerá sin el deseo de comer dulces... Pero es que, como el mismo Dawkins admite a regañadientes, la religión supone una "ventaja evolutiva", es decir, que esta "chuchería" que él no quiere que forme parte de su educación, no está fuera de la urna, sino dentro del niño. Para librarlo de la inclinación religiosa, el pobre chaval, más que una urna, necesitaría una lobotomía. No se lo aconsejo :-)).
(Claro, si metes a un crío en una urna opaca y no le permites ver ni catar nunca una de esas chucherías que tanto gustan a los pequeños, seguramente crecerá sin el deseo de comer dulces... Pero es que, como el mismo Dawkins admite a regañadientes, la religión supone una "ventaja evolutiva", es decir, que esta "chuchería" que él no quiere que forme parte de su educación, no está fuera de la urna, sino dentro del niño. Para librarlo de la inclinación religiosa, el pobre chaval, más que una urna, necesitaría una lobotomía. No se lo aconsejo :-)).
Dawkins compara la religión con un virus: las ideas religiosas son
“memes” que infectan las mentes vulnerables, especialmente las de los
niños. Estas metáforas biológicas podrían tener su utilidad; por
ejemplo, las mentes de los ateos evangelistas parecerían particularmente propensas a la infección de los “memes” religiosos. No obstante, las
analogías de este tipo rebosan peligro. Dawkins habla mucho sobre la
opresión que la religión ha ejercido, algo bastante real. El autor le
presta menos atención, empero, al hecho de que algunas de las peores atrocidades de los tiempos modernos fueran cometidas por regímenes que afirmaban contar con la sanción científica para sus crímenes... La ciencia es tan susceptible de ser utilizada para propósitos inhumanos
como lo es cualquier otra institución humana. De hecho, dada la enorme
autoridad de la que goza la ciencia, el riesgo de que sea utilizada de tal manera es aún mayor.
Los adversarios contemporáneos de la religión muestran una notoria falta de interés por el registro histórico de los regímenes ateos. En 'El fin de la fe. Religión, terror y el futuro de la razón',
el escritor estadounidense Sam Harris afirma que la religión ha sido la
principal fuente de violencia y opresión a lo largo de la historia.
Harris reconoce que los déspotas seculares como Stalin y Mao infligieron
terror en gran escala, pero sostiene que la opresión ejercida por ellos
no tenía relación alguna con su ideología del “ateísmo científico”; el
problema con sus regímenes estribaba en que eran tiranías. Pero ¿acaso
no existiría una conexión entre el intento de erradicar la religión y la
pérdida de la libertad? Es poco probable que Mao –quien lanzara su
ataque contra el pueblo y la cultura del Tíbet bajo el eslogan “la
religión es veneno”– hubiera concedido que su visión atea del mundo no
tenía relación con sus políticas.
(Es inútil, si citas este dato a los nuevos ateos jamás reconocerán que Mao mataba a los religiosos porque era comunista y, por tanto, ateo. No, según su particular modo de entender la Historia, los tiranos comunistas solo mataban porque eran "malas personas", no porque fueran ateos, y pueden ustedes darse con un canto en los dientes si, para defender su argumento, nuestros amigos ateos no hacen alusión a los bigotes de Hitler y Stalin:
«Hitler y Stalin tenían bigote, pero no decimos que fueron sus bigotes los que les hicieron malvados».
Jueguen conmigo :-), adivinen qué treta retórica usó en esta célebre frase nuestro mago de las falacias, el profesor Richard Dawkins. La solución al final del post ;-)).
(Es inútil, si citas este dato a los nuevos ateos jamás reconocerán que Mao mataba a los religiosos porque era comunista y, por tanto, ateo. No, según su particular modo de entender la Historia, los tiranos comunistas solo mataban porque eran "malas personas", no porque fueran ateos, y pueden ustedes darse con un canto en los dientes si, para defender su argumento, nuestros amigos ateos no hacen alusión a los bigotes de Hitler y Stalin:
«Hitler y Stalin tenían bigote, pero no decimos que fueron sus bigotes los que les hicieron malvados».
Jueguen conmigo :-), adivinen qué treta retórica usó en esta célebre frase nuestro mago de las falacias, el profesor Richard Dawkins. La solución al final del post ;-)).
Es cierto que se le veneraba (a Mao) como una
figura casi divina, como a Stalin en la Unión Soviética. Pero al
desarrollar estos cultos... estaban demostrando lo que sucede cuando el
ateísmo se convierte en un proyecto político. Invariablemente, el
resultado es un sustituto de la religión que sólo puede mantenerse por
medios tiránicos.
Dawkins desestima cualquier insinuación de que los crímenes de guerra
nazis pudieran estar vinculados con el ateísmo. “Lo que importa”, dice
en El espejismo de Dios, “no es si Hitler y Stalin eran ateos
sino si el ateísmo ejerce una influencia sistemática que conduce a la
gente a hacer cosas malignas. No existe la menor evidencia de que sea
así”. Este es un razonamiento cándido. Hitler, que siempre fue un partidario
entusiasta de la ciencia, se sintió muy impresionado por el darwinismo
vulgarizado... fue la creencia nazi en la raza como una categoría científica lo que abrió paso a un crimen sin parangón en la historia. La visión del mundo de Hitler era la de mucha gente con
escasa educación en la Europa de entreguerras: una mezcolanza de ciencia
espuria y recelo contra la religión. No cabe duda de que este fue un
tipo de ateísmo y que contribuyó a que los crímenes nazis fueran
posibles.
... Los críticos contemporáneos de la religión exigen mucho más que la
desvinculación del Estado y la Iglesia. Está claro que quieren eliminar
toda huella religiosa de las instituciones públicas. Lo que resulta
extraño es que muchos de los conceptos que Harris despliega, incluida la
idea misma de la religión, han sido moldeados por el monoteísmo. Detrás del fundamentalismo secular yace una concepción de la historia que deriva de la religión.
La creencia en que la historia es un proceso direccional está tan basada
en la fe como cualquier otra cosa en el catequismo cristiano. Los
pensadores seculares como Grayling rechazan la idea de la providencia,
pero siguen pensando que la humanidad avanza hacia un objetivo
universal: una civilización fundada en la ciencia que a la larga
incluirá a la especie entera.
El problema con la narrativa secular no radica en el supuesto de que el
progreso es inevitable (en muchas versiones, no existe este supuesto).
El problema radica en creer que el tipo de avance que se ha logrado en la ciencia puede ser reproducido en la ética y la política. De hecho,
aunque el conocimiento científico aumente por acumulación, nada parecido
sucede en la sociedad... La gente vive más y se mata entre sí en mayor número. El conocimiento aumenta, pero los seres humanos permanecen iguales.
Los ateos evangélicos se han asumido como defensores de los valores
liberales, rara vez investigan de dónde provienen dichos valores y nunca
aceptan que la religión pudo haber contribuido a su gestación... En la medida en que busca la conversión universal, el ateísmo evangélico está del lado del cristianismo y del islam.
El islamismo... está muy lejos de representar un peligro de la
magnitud de aquellos superados durante el siglo XX. Corea del Norte, que
sobrepasa por mucho a cualquier régimen islamista en su historial de
represión y que claramente posee algún tipo de capacidad nuclear,
representa una amenaza mucho mayor. Los ateos evangélicos rara vez la
mencionan. Hitchens constituye una excepción, pero cuando describe su
visita al país, sólo es para concluir que el régimen encarna “una forma
degradada y, sin embargo, refinada, del confucionismo y el culto a los
ancestros”. Como en el caso de Rusia y China, la noble filosofía
humanista del marxismoleninismo es inocente de toda responsabilidad.
La religión no se ha ido. Reprimirla es como reprimir el sexo: una empresa fallida... El intento de erradicar la religión sólo conduce a su reaparición en
formas grotescas y degradadas. Una creencia ingenua en la revolución
mundial, la democracia universal o los poderes ocultos de los teléfonos
móviles es más ofensiva para la razón que los misterios de la religión, y
tendrá menos probabilidades de sobrevivir en los próximos años. El
poeta victoriano Matthew Arnold escribió sobre los creyentes que quedan
inermes cuando la marea de la fe se repliega. Hoy la fe secular se está
replegando, y son los apóstoles del descreimiento los que han quedado
varados en la costa".
(Incisos en gris añadidos)
Filósofo y teórico político inglés
Nos hemos limitado a extraer y comentar unos párrafos, pero no se pierdan el artículo completo, no tiene desperdicio. Pueden leerlo aquí.
***
"La desaparición de la religión se profetizó para principios del siglo XX, pero sigue viva bajo formas
variadas, admirables unas, lamentables otras. La religiosidad está
renaciendo".
Antonio Fernández-Rañada
Físico español
Catedrático de la Facultad de Física
de la Universidad Complutense de Madrid
¿Adivinaron qué falacia usó Richard Dawkins en su paralelismo de los bigotes? :-) Claro que sí: la falsa analogía. La comparación no es válida porque un bigote es una particularidad física, un adorno superfluo, algo que en ningún caso se puede equiparar a una ideología, aunque sea cierto que muchos jóvenes usan ideologías "de moda" para adornar y reafirmar su personalidad, pero esa es otra historia.
Por muy "extremo" que sea el bigote en cuestión :-), es difícil imaginar que su dueño lo use como excusa o motor de arranque para iniciar un genocidio. En cambio, una idea, cualquier idea, política, filosófica o religiosa, llevada a su extremo, puede convertir a un hombre en una bestia inhumana, inmune a la compasión. Y esto no es necesario que lo imaginemos, todos conocemos ejemplos estremecedores, lo estamos viendo todos los días y la Historia está llena de datos escalofriantes al respecto. Por tanto, desde el momento que comprendemos que ambos elementos de la analogía bigote=ateísmo no son equiparables, la podemos considerar nula, así como al argumento completo.
Lo que intentaba Dawkins con esta estrategia tan burda era, ni más ni menos, que desvincular el ateísmo de los asesinatos cometidos por regímenes comunistas en un intento de presentarlo inmaculado, limpio de sangre, por oposición a la religión, que, en cambio, presenta teñida de rojo hasta la copa (de hecho, para él, el fenómeno religioso no supone más que eso: sangre)... Pero me temo que esto es insostenible, a menos que ignores por completo la Historia y la filosofía marxista que dio origen y abono a los movimientos comunistas del siglo XX. El ateísmo forma parte indisoluble de la doctrina marxista, como el ecologismo forma parte de la doctrina de los animalistas. Es un lote, no es posible separarlos. Un régimen comunista es, por su naturaleza, un régimen ateo.
Se da la curiosa circunstancia de que los mismos que repiten por toda la red, como un mantra instigador, la famosa frase adoptada por Marx, "la religión es el opio del pueblo", esos mismos que enarbolan la sentencia como santo y seña de su revolución social y anticlerical, tratan al mismo tiempo de liberar al ateísmo de la rémora de crímenes que también arrastra, mientras nos intentan hacer creer que el asesinato de millones de creyentes por parte de líderes comunistas ateos fue producto de la mente perturbada de esos líderes, no de sus ideas respecto a la religión.
Por supuesto, no todos los ateos son comunistas (Richard Dawkins tiene demasiados caudales para permitirse excentricidades :-)), pero la mayoría de los comunistas sí son ateos.
Por cierto, no me resisto a añadir una gansada para acabar: ¿tan pobre concepto tiene mister Dawkins del ferviente ateísmo que profesa, que equipara esta noble ideología con... un mostacho?
Con todo lo que el ateísmo ha hecho por él... Qué desagradecido.
;-)
Ver también:
Los medios ofrecen una imagen distorsionada del debate ciencia-fe
Las falacias de Christopher Hitchens
La fe de los ateos
Dawkins el predicador, o la razón irrazonable
La maravillosa atracción del ateísmo
Cinismo y ateísmo, la rigurosa impostura
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Imagen de cabecera: Charlie Chaplin en "El gran dictador" (1940).