Por suerte, a caballo de los siglos XIX y XX, surgieron las voces
discrepantes que nos han llevado a un nuevo paradigma. En efecto, la ciencia
tiene su parcela, el mundo sensible, y su método. Pero la crítica a su forma
de conocer y a la validez y racionalidad de su conocimiento no le corresponde.
Le corresponde a la filosofía, con lo que así se recupera una de las parcelas
que siempre le habían caracterizado: la crítica del conocimiento.
Así, han surgido sugerentes ideas como las siguientes:
Pero el factor decisivo en este tipo de reflexiones no viene de la crítica
interna a la propia ciencia, la que, por su evidente capacidad de permitirnos
operar sobre la realidad, adquiere a mi entender una sobrevaloración cognitiva,
sino que proviene del análisis multidimensional de la realidad.
La Ciencia, en efecto, no es más que una de las formas de conocer del ser
humano. Maravillosa en muchos aspectos y no cabe la menor duda de que significó
la gran revolución de la Modernidad que ha conducido a la actual sociedad en la
que vivimos...
Esto no significa por supuesto lo contrario: Cualquier conocimiento es
equivalente al de la Ciencia. Pero no olvidemos que el análisis filosófico es
previo al hipotético-deductivo, condicionándolo y relativizándolo.
¿O acaso no es tan válido como vía para la aprehensión del ser último,
aunque no posea el mismo utilitarismo ni las mismas funciones, ni tan sólo la
misma metodología, la visión del arte sobre la realidad -sensible o no-, en la
que subyace la visión subjetiva del artista creador? Por válida, insisto, no
quiero decir equivalente, sino distinta pero a la vez cumpliendo también su
función como una dimensión más de la riqueza de enfoques del ser humano en su
interpretación de lo existente.
¿Y el análisis inherente al espíritu humano, base y fundamento de todo
conocimiento, de toda experiencia?
Las ideas del filósofo (Karl) Jaspers sobre la Teoría de la Realidad nos muestran
claramente la riqueza y pluralidad de enfoques a la hora de describir e
interpretar aquello que existe. El conocimiento permite tres enfoques distintos:
Incluso desde la visión parcial de la Ciencia, podemos afirmar: En Ciencia,
aquello no contrastable con la experimentación, carece de validez… ¿Acaso la
existencia de Dios lo es?
Francisco Lozano
Winterhalder
Profesor de la Facultad de Filosofía de la
Universidad Ramon Llull
Recordemos de nuevo a Einstein: ¿Describirían ustedes la novena sinfonía de Beethoven como "una variación en las presiones de onda"? La ciencia sí lo haría, de hecho, desde su punto de vista, una sinfonía, o cualquier otra pieza musical, es exactamente eso, el método científico no puede deducir nada más, ni tiene por qué hacerlo. Recordemos también que la Ciencia es, por definición, la disciplina que estudia los fenómenos "naturales", todo lo que vaya más allá de este ámbito, todo lo que se engloba dentre del mundo subjetivo (y las emociones que se experimentan al oír una buena pieza musical entran en este campo) excede su competencia. Pero volvamos a la pregunta, ¿ustedes dirían que la novena sinfonía de Beethoven es "sólo" una variación en las presiones de onda?... Si usted es un científico reduccionista, puede que sí lo afirme, como dijo cierto filósofo eminente: "al que tiene un martillo, todo se le vuelve clavo" :-), aunque, evidentemente, todo no es clavo.
Sin embargo, un observador imparcial, no ideologizado, que observara el asunto desde fuera, derivaría sin problemas en la conclusión lógica de que necesitamos de otras disciplinas, además de la Ciencia, para completar la descripción total de un objeto o realidad.
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