Los incisos en gris son de nuestra autoría.
"La pretensión del universo autocreador tropieza con un escollo y encierra una falacia. El escollo se refiere a la aplicación de la teoría cuántica. En primer lugar, no está nada claro que tal teoría se pueda aplicar al universo en su totalidad en la forma ahora conocida, pues no en vano fue desarrollada para partículas microscópicas y habría además serias dificultades matemáticas si, a pesar de ese problema, se quiere aplicar de modo puramente formal.
Pero, aún si consideramos salvable ese escollo, surge detrás de él otro más serio. La razón de acudir a una fluctuación* es que, como el universo estaba muy contraído en los instantes iniciales, cabe esperar que las propiedades cuánticas hayan jugado un papel importante. Eso debe haber ocurrido muy cerca del tiempo cero, cuando, habiendo transcurrido menos de 10 -43 segundos desde el tiempo cero, en la llamada 'época de Planck', el universo estaba contenido en 10 -33 centímetros y su densidad era mayor que 10 90 kilogramos por metro cúbico. En esas condiciones la gravedad tenía una intensidad inimaginablemente colosal, con lo que para decir algo serio sobre ese instante sería necesario disponer de una teoría cuántica de la gravedad, es decir, en el nivel microscópico fundamental.
Por desgracia, no existe tal cosa. Sabemos cómo tratar la gravitación a escala macroscópica, en una primera aproximación mediante la teoría de Newton, de una forma más exacta mediante la de Einstein... Pero nadie ha sido capaz de dar un esquema coherente, matemáticamente correcto y de interpretación clara del comportamiento de la gravedad en tales condiciones.
Y sin la teoría cuántica de la gravedad en un estado satisfactorio, la idea de un universo autocreador se queda sin ninguna base científica sólida.
Para la teoría de la relatividad hay una relación muy estrecha entre el espacio y el tiempo. Los podemos distinguir muy bien en nuestra vida personal, pero las fluctuaciones cuánticas pueden disolver su diferencia o transformar el uno en el otro. Stephen Hawking cree que al movernos imaginariamente en el tiempo desde hoy hasta la 'época de Planck', el tiempo se transforma en espacio, de manera que a esas escalas, ya muy cerca de la singularidad, hay un espacio de cuatro dimensiones, en vez de uno de tres más el tiempo. Esto significaría que desde el espacio de cuatro dimensiones y mediante una transformación muy rápida pero continua, emergen el tiempo y el espacio tridimensional. Hawking lo interpreta diciendo que ningún instante es el origen del tiempo. El universo habría brotado así de la nada.
El punto de vista de Hawking es radical. Pero, como acabamos de ver, esa radicalidad se enfrenta a un grave escollo, mientras no se pueda construir una teoría cuántica de la gravedad, sin la cual no es más que un proyecto cargado de deseos. Pero me temo, que, además, incurre en una falacia.
Pues el universo no sólo son las cosas que existen, astros, personas, montañas, plantas o electrones, sino también las leyes de la naturaleza, regidoras de su comportamiento -la gravedad por la que se atraen los cuerpos, el electromagnetismo o las leyes de la teoría cuántica-. Por eso no se puede identificar universo con materia, ni siquiera con toda la materia. Si ésta hubiera surgido como consecuencia de una fluctuación, lo habría hecho siguiendo ciertas leyes que serían así más primarias y elementales que ella misma.
Pero, ¿de dónde habrían surgido esas leyes? ¿Qué proceso las decidió? ¿Por qué la materia ha de seguir la teoría cuántica? ¿Por qué hay gravedad? ¿Por qué hay materia?
La idea de que el universo es necesariamente autocreador es una versión nueva del (viejo) argumento ontológico de Anselmo*, pero aplicada al mundo en vez de a Dios (recordemos
que el argumento ontológico de San Anselmo, que pretendía demostrar la
existencia de Dios mediante el único uso de la razón, fue rechazado
precisamente, entre otras consideraciones, por ser un ejemplo claro de
falacia petitio principii, Hawking incurre en el mismo error). Hawking supone que las leyes de la física son tan fuertes que implican la existencia necesaria de la materia y falla por el mismo motivo que el argumento de San Anselmo: ni las leyes de la lógica son tan fuertes como para obligar a la existencia de un ser perfecto ni las de la física pueden serlo como para forzar la autocreación de un mundo obligado a obedecerlas.
Paréntesis en gris añadido.
Antonio Fernández-Rañada
Físico español
Catedrático de la facultad de Física en la Universidad Complutense de Madrid,
donde
ha ocupado sucesivamente las cátedras de Mecánica Teórica, Física
Teórica y Electromagnetismo
Extractos de "Los científicos y Dios", 2008, págs.141-143
*San Anselmo de Canterbury: monje benedictino italiano, fue arzobispo de Canterbury durante el periodo 1093-1109. Destacó como teólogo y filósofo.
***
"A muchos científicos no les agradó la idea de que el universo hubiese tenido un principio, un momento de creación"
Sthephen Hawking
Físico, cosmólogo y divulgador británico
Considerado una de las mentes más brillantes de la ciencia actual
Es miembro de la Real Sociedad de Londres y de la Academia Pontificia de las Ciencias
Universidades de Oxford y Cambridge
Parece que entre esos "muchos científicos" reacios a aceptar la idea de un principio para el universo está el mismo Hawking, que lleva ya muchos años intentando eliminar o, al menos, difuminar, ese "comienzo" y volver al paradigma tranquilizador del cosmos "eterno", sin principio y "sin fronteras", que existía antes de la teoría del Big Bang. Un universo autocontenido y autogenerador con las puertas blindadas para Dios :-)
Pero, por supuesto, ya sabemos que a Dios las puertas, blindadas o no, nunca le han detenido:
:-)
"La interpretación que Hawking hace de esta idea en el plano filosófico es muy ingenua... Cree
que si el flujo continuo espacio-temporal no tiene contornos externos,
habrán quedado tapiadas todas las puertas por las que Dios podría entrar
en el mundo e influir en él. Es como si, cuando se discutía sobre la
forma de la Tierra, alguien se hubiera opuesto a atribuirle forma
esférica, diciendo que, como una Tierra redonda no termina en ninguna
parte, en ese caso Dios no podría entrar en ella"
Alejandro Llano
Filósofo,
fue profesor de Antropología en la universidad de Valencia y
catedrático de Metafísica en la universidad autónoma de Madrid.
Actualmente es profesor de Filosofía en la universidad de Navarra.
Miembro de la Academia Europea de las Ciencias y las Artes.
Aunque no esté de acuerdo con su teoría sobre el universo autocreado, vaya para el profesor Hawking mi más profundo respeto. Razones estrictamente personales me han llevado siempre a considerarle un ejemplo inspirador.
Más referencias al argumento de San Anselmo, AQUÍ
Todas las entradas sobre las teorías de Hawking incluida ésta, AQUÍ
Stephen Hawking no lo hizo todo (Divulgación de la Ciencia).