"Toda la tecnociencia del momento, o muy buena parte de ella, está
montada sobre teorías científicas que se nos presentan como más o menos
acabadas, lo que no deja de ser una burda apreciación de lo que acontece en realidad. La ciencia del momento ha descubierto que el mundo está
transido de fenómenos de complejidad emergentes, algo que no se
circunscribe al dominio de lo vivo y lo mental. Toda la física moderna nos muestra, también, la presencia de complejidad emergente.
Por definición no se puede fabricar una teoría acabada del todo, una
teoría científica, porque no podemos ser tan pretenciosos como para
pensar que podamos llegar a la realidad de una teoría final, por más
plausible que nos lo presenten algunos físicos teóricos.
Sería temerario, a día de hoy, sostener que estamos en condiciones de
proceder con intervenciones de amplio calado sobre nuestro genoma o sobre nuestro cerebro, porque disponemos de un conocimiento
de la naturaleza suficiente.
Puesta en toda su dimensión explicativa, la ciencia es una forma
limitada, aunque sin límite reconocible, de conocimiento de la realidad.
Por lo tanto, su método no puede brindar respuestas definitivas.
La realidad será eternamente inasible".
Andrés Moya
Doctor en Biología y en Filosofía
Catedrático de Genética en la Universitat de València
Director de la Cátedra FISABIO para el fomento de la Investigación Biomédica
Catedrático de Genética en la Universitat de València
Director de la Cátedra FISABIO para el fomento de la Investigación Biomédica
Autor de "Biología y espíritu", 2014
Se considera agnóstico
La pregunta de Leibniz y los múltiples mapas de la realidad.
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