(Los incisos en caracteres grises son de nuestra autoría)
¿Por qué el universo está finamente ajustado para la vida?
Que
las leyes y las constantes del universo están ajustadas finamente, de
un modo que favorecen el surgimiento de ambientes propicios a la
aparición de la vida, y más específicamente de la vida inteligente (que
necesita mucho más tiempo para su aparición que la simple vida monocelular), es un hecho que se ha ido poniendo crecientemente de manifiesto en las últimas décadas. Son, por ejemplo, numerosos los equilibrios en la síntesis estelar de elementos que se requieren para que las estrellas posean la estabilidad necesaria a fin de dar tiempo a la evolución de la vida. También
penden de hilos delicados la producción de elementos tales como el
carbono y el oxígeno, imprescindibles para la vida. Y hubieran bastado valores ligeramente diferentes en los parámetros cosmológicos básicos para que el universo tuviera un aspecto completamente diferente al que tiene... y fuera mucho más inhóspito.
Muchos materialistas argumentan que, de no haber tenido las condiciones que tiene, el universo simplemente habría tenido otras y la vida podría haber surgido de igual modo, una vida diferente, llamémosle 'acorde' a esa estructuración inicial también diferente... Va a ser que no :-) Ahora sabemos que cualquier variante en los parámetros conocidos daría lugar a poco menos que un universo vacío o muy poco interesante, las modernas ciencias computacionales nos han ayudado a averiguarlo. Prometemos desarrollar más este fascinante punto en próximas entradas. Aquellos lectores que se defiendan bien con el inglés pueden ir abriendo boca con este ensayo; 'The Fine-Tuning of the Universe for Intelligent Life' del físico Luke A. Barne, en el que ofrece una réplica al célebre "La falacia del Ajuste Fino. Por qué el universo no está diseñado para nosotros" de otro físico, el conocido activista ateo Victor Stenger. Sea como fuere, cabe preguntarse que, si, como aseguran los ateos, el Ajuste Fino no es tal, ¿por qué los físicos postularon casi inmediatamente la teoría del multiverso para rebatirlo? ¿Por qué no se limitaron desde el principio a demostrar sin más que el Ajuste Fino es un espejismo?
Aunque todos los ejemplos de ajuste fino sugeridos en los últimos años han resistido el análisis crítico de la comunidad científica, hay ciertamente un número de ellos muy bien establecido. ¿Qué pensar de este dato?
Desde un marco teísta, no sorprende que el universo esté dotado de leyes y constantes adecuadas para el surgimiento de la vida humana (sean éstas muy específicas o no, dentro del conjunto de las leyes físicas posibles)... Determinando un Dios inteligente y omnipotente, no resulta irrazonable conjeturar que estas leyes favorecerán, o al menos, posibilitarán la aparición de vida como la nuestra. Desde un marco materialista, por el contrario, el dato del ajuste fino del universo es mucho más problemático. ¿Por qué, si hay, en principio, tantas combinaciones posibles de leyes y constantes físicas, resulta que se dan unas que hacen posible nuestra existencia, siendo así que parece que serían muchas más las combinaciones de leyes y constantes que implicarían un universo completamente muerto? Si el materialista no quiere encogerse de hombros otra vez, tendrá que responder que, o bien las combinaciones de leyes y constantes posibles no son tantas como parecen, o bien que todas se dan de un modo u otro.
Ahora bien, ya que la primera respuesta no puede apoyarse en nada concreto (ni siquiera en los actuales intentos de construir una teoría unificada de todas las interacciones físicas, puesto que en esos intentos se introducen siempre nuevos parámetros ajustables), una buena parte de los autores materialistas se inclina ahora por la hipótesis llamada del 'multiverso', según el cual el universo que observamos es sólo uno de entre un inmenso número de universos reales, cada uno de los cuales posee sus propias leyes (y/o constantes) físicas. En este contexto, la respuesta a la cuestión de por qué existe el universo sería simplemente la de que en los universos regidos por otras leyes no podríamos existir, ni hacernos, por tanto, estas preguntas.
Sin embargo, este planteamiento resulta extremadamente dudoso (aparte de que obliga a Ockham a degollarse con su propia navaja; en este enlace hallarán este tema más desarrollado, no se pierdan el debate que se abre bajo el artículo y los fallidos intentos de nuestros audaces materialistas por knockear a Manuel Alfonseca :-)) Pues, aun dando por buena la tremenda inflación ontológica que supone la hipótesis del multiverso, no está nada claro que con ella se consiga evitar la reaparición del ajuste fino, esta vez a nivel de la ley reguladora del tipo de universos posibles en el multiverso. Y es que, si cualquier universo pensable fuera posible, cada nuevo instante de normalidad en nuestro mundo sería poco menos que un milagro. En efecto, si pensamos en todos los sucesos que podrían acontecer dentro de un minuto, por disparatados que parezcan, no cabe duda de que, en el marco del multiverso extremo, hay universos en los que tales sucesos ocurrirán. Es más, por cada universo normal (en el sentido de ser poseedor de unas leyes estables, una continuidad causal, etc.) debe haber muchísimos universos mucho más irregulares. Por tanto, si no queremos caer en la locura (y en una irracionalidad que sobrepasa con creces a la irracionalidad que supone postular a un Creador :-); resulta cómico comprobar que, dependiendo del materialista con quien estemos debatiendo, la sugerencia de un Creador del universo resulta, o una solución muy fácil -es el caso de Corredoira- o muy complicada, demasiado para ser "probable", que es el caso de Richard Dawkins), parece que hay que restringir de algún modo el tipo de universos posibles. Nadie ha podido formular todavía con precisión la ley que permita hacer una restricción que salve nuestro universo y elimine sus alternativas inestables (ya hay algunas propuestas de leyes generadoras de un multiverso, como, por ejemplo, la ley de selección natural cosmológica de (Lee) Smolin. Pero estas propuestas están formuladas en un grado tal de generalidad, que no sirven para nada de cara a la discusión sobre el ajuste fino). Pero no cabe duda de que se tratará de una ley compleja, y en cierto modo ajustada finamente. Además, como ha señalado (Richard G.) Swinburne, una cosa es justificar la existencia de observadores conscientes, y otra cosa la de observadores conscientes y capaces de la acción moral. Este último parece ser nuestro caso, y es coherente con lo que se esperaría de un universo diseñado por Dios. Pero no hay razón para pensar que los posibles observadores conscientes generados en un multiverso habrían de ser siempre (ni por regla general) seres de este tipo. Con lo que el poder explicativo de la hipótesis del multiverso es, en el mejor de los casos (y tratando de ser lo más generosos posible con ella), bastante limitado.
En definitiva, lo que queda es el hecho de que las leyes y las constantes del universo están ajustadas finamente, de un modo que favorecen el surgimiento de ambientes propicios a la aparición de la vida inteligente. Para el materialismo: un hecho suelto, inexplicable; para el teísmo: algo que cabía esperar.
Y punto.
Muchos materialistas argumentan que, de no haber tenido las condiciones que tiene, el universo simplemente habría tenido otras y la vida podría haber surgido de igual modo, una vida diferente, llamémosle 'acorde' a esa estructuración inicial también diferente... Va a ser que no :-) Ahora sabemos que cualquier variante en los parámetros conocidos daría lugar a poco menos que un universo vacío o muy poco interesante, las modernas ciencias computacionales nos han ayudado a averiguarlo. Prometemos desarrollar más este fascinante punto en próximas entradas. Aquellos lectores que se defiendan bien con el inglés pueden ir abriendo boca con este ensayo; 'The Fine-Tuning of the Universe for Intelligent Life' del físico Luke A. Barne, en el que ofrece una réplica al célebre "La falacia del Ajuste Fino. Por qué el universo no está diseñado para nosotros" de otro físico, el conocido activista ateo Victor Stenger. Sea como fuere, cabe preguntarse que, si, como aseguran los ateos, el Ajuste Fino no es tal, ¿por qué los físicos postularon casi inmediatamente la teoría del multiverso para rebatirlo? ¿Por qué no se limitaron desde el principio a demostrar sin más que el Ajuste Fino es un espejismo?
Aunque todos los ejemplos de ajuste fino sugeridos en los últimos años han resistido el análisis crítico de la comunidad científica, hay ciertamente un número de ellos muy bien establecido. ¿Qué pensar de este dato?
Desde un marco teísta, no sorprende que el universo esté dotado de leyes y constantes adecuadas para el surgimiento de la vida humana (sean éstas muy específicas o no, dentro del conjunto de las leyes físicas posibles)... Determinando un Dios inteligente y omnipotente, no resulta irrazonable conjeturar que estas leyes favorecerán, o al menos, posibilitarán la aparición de vida como la nuestra. Desde un marco materialista, por el contrario, el dato del ajuste fino del universo es mucho más problemático. ¿Por qué, si hay, en principio, tantas combinaciones posibles de leyes y constantes físicas, resulta que se dan unas que hacen posible nuestra existencia, siendo así que parece que serían muchas más las combinaciones de leyes y constantes que implicarían un universo completamente muerto? Si el materialista no quiere encogerse de hombros otra vez, tendrá que responder que, o bien las combinaciones de leyes y constantes posibles no son tantas como parecen, o bien que todas se dan de un modo u otro.
Ahora bien, ya que la primera respuesta no puede apoyarse en nada concreto (ni siquiera en los actuales intentos de construir una teoría unificada de todas las interacciones físicas, puesto que en esos intentos se introducen siempre nuevos parámetros ajustables), una buena parte de los autores materialistas se inclina ahora por la hipótesis llamada del 'multiverso', según el cual el universo que observamos es sólo uno de entre un inmenso número de universos reales, cada uno de los cuales posee sus propias leyes (y/o constantes) físicas. En este contexto, la respuesta a la cuestión de por qué existe el universo sería simplemente la de que en los universos regidos por otras leyes no podríamos existir, ni hacernos, por tanto, estas preguntas.
Sin embargo, este planteamiento resulta extremadamente dudoso (aparte de que obliga a Ockham a degollarse con su propia navaja; en este enlace hallarán este tema más desarrollado, no se pierdan el debate que se abre bajo el artículo y los fallidos intentos de nuestros audaces materialistas por knockear a Manuel Alfonseca :-)) Pues, aun dando por buena la tremenda inflación ontológica que supone la hipótesis del multiverso, no está nada claro que con ella se consiga evitar la reaparición del ajuste fino, esta vez a nivel de la ley reguladora del tipo de universos posibles en el multiverso. Y es que, si cualquier universo pensable fuera posible, cada nuevo instante de normalidad en nuestro mundo sería poco menos que un milagro. En efecto, si pensamos en todos los sucesos que podrían acontecer dentro de un minuto, por disparatados que parezcan, no cabe duda de que, en el marco del multiverso extremo, hay universos en los que tales sucesos ocurrirán. Es más, por cada universo normal (en el sentido de ser poseedor de unas leyes estables, una continuidad causal, etc.) debe haber muchísimos universos mucho más irregulares. Por tanto, si no queremos caer en la locura (y en una irracionalidad que sobrepasa con creces a la irracionalidad que supone postular a un Creador :-); resulta cómico comprobar que, dependiendo del materialista con quien estemos debatiendo, la sugerencia de un Creador del universo resulta, o una solución muy fácil -es el caso de Corredoira- o muy complicada, demasiado para ser "probable", que es el caso de Richard Dawkins), parece que hay que restringir de algún modo el tipo de universos posibles. Nadie ha podido formular todavía con precisión la ley que permita hacer una restricción que salve nuestro universo y elimine sus alternativas inestables (ya hay algunas propuestas de leyes generadoras de un multiverso, como, por ejemplo, la ley de selección natural cosmológica de (Lee) Smolin. Pero estas propuestas están formuladas en un grado tal de generalidad, que no sirven para nada de cara a la discusión sobre el ajuste fino). Pero no cabe duda de que se tratará de una ley compleja, y en cierto modo ajustada finamente. Además, como ha señalado (Richard G.) Swinburne, una cosa es justificar la existencia de observadores conscientes, y otra cosa la de observadores conscientes y capaces de la acción moral. Este último parece ser nuestro caso, y es coherente con lo que se esperaría de un universo diseñado por Dios. Pero no hay razón para pensar que los posibles observadores conscientes generados en un multiverso habrían de ser siempre (ni por regla general) seres de este tipo. Con lo que el poder explicativo de la hipótesis del multiverso es, en el mejor de los casos (y tratando de ser lo más generosos posible con ella), bastante limitado.
En definitiva, lo que queda es el hecho de que las leyes y las constantes del universo están ajustadas finamente, de un modo que favorecen el surgimiento de ambientes propicios a la aparición de la vida inteligente. Para el materialismo: un hecho suelto, inexplicable; para el teísmo: algo que cabía esperar.
Francisco J. Soler Gil
Filósofo de la Ciencia
Doctor en filosofía por la Universidad de Bremen
(Extractos de su libro "¿Dios o la materia?" del que es coautor junto al físico teórico Martín López Corredoira. Ediciones Áltera, 2008. Págs 27-31)
Aconsejamos encarecidamente a nuestros seguidores la lectura de este ensayo en forma de entretenido debate. Aunque
todos conocemos ya demasiado bien las claves y argumentos de uno y otro
bando, les aseguro que no se aburrirán, pues no deja de ser interesante en este caso comprobar cómo el
representante del materialismo ateo, doctor Martín López Corredoira, en lugar de
debatir como el insigne intelectual que es (dicho sin ironía, creo que es realmente una eminencia), debate usando el tono y las trilladas argucias populacheras de uno de esos trolls revientaforos del entorno de Yahoo Respuestas. Efectivamente, el señor Corredoira parece perder en esta lid los papeles, los modales y los estribos, todo a la vez, rayando incluso en el agravio y la descortesía: llega, por ejemplo
a tildar a Soler Gil -y, por extensión, a todos los creyentes- de "chamán", "brujo", "pardillo" e
incluso, "mercenario de ideas ajenas"... En la página 151, primer párrafo, escribe, ya bastante alterado ante la habilidad de su rival para exponer sus argumentos: "Hay que ser muy buen abogado para defender una mentira"... (Las opiniones de Corredoira son, por supuesto, la Verdad fulgurante). Soler Gil se
toma todos estos exabruptos con más humor, amabilidad y filosofía de los que me hubiera gustado y de los que yo misma hubiera sido capaz. Y, lo divertido, es que al final, en vez de disculparse, Corredoira acusa a Soler de ser demasiado suspicaz cuando aquél le pregunta a qué se debe ese tono agresivo y ese odio tan evidente.
¿Por qué llega Corredoira a esos extremos tan indecorosos? Pues, simplemente, porque se queda sin argumentos en la segunda réplica. De hecho, su único "argumento" a lo largo de toda la primera réplica consiste en repetir una y otra vez el mantra del "dios de los agujeros", sin caer en la cuenta de que el azar puede ser usado también como ese mismo dios-comodín.
¿Por qué llega Corredoira a esos extremos tan indecorosos? Pues, simplemente, porque se queda sin argumentos en la segunda réplica. De hecho, su único "argumento" a lo largo de toda la primera réplica consiste en repetir una y otra vez el mantra del "dios de los agujeros", sin caer en la cuenta de que el azar puede ser usado también como ese mismo dios-comodín.
El libro tiene casi 300 páginas, pero les facilito un breve esquema. Esto es, grosso modo, lo que una servidora ha sacado en limpio:
Argumentos de Soler Gil.
Dios podría existir porque:
Dios podría existir porque:
1.
La cosmología actual dictamina que el universo es un "objeto" y que,
por tanto, posee todas las características que la experiencia nos dicta que tienen los objetos, incluida la contingencia, causa y finitud.
2.
Aunque se demostrara la existencia del multiverso, éste seguiría siendo
un objeto. Estamos, pues, donde estábamos. Por este mismo motivo es absurdo preguntar por qué hay Dios en vez de nada. Dios y universo no pertenecen a la misma categoría ontológica. El universo es un objeto y, como todos los objetos, debe tener causa. Pero no
hay ninguna razón para postular que, si hay un Creador, también lo es
(un objeto) y, como todos los objetos, también debe tener causa, puesto que ese Creador estaría más allá de la experiencia. El Creador sí que podría existir sin más. El universo, si seguimos los dictámenes de la cosmología actual, no.
3. El universo es maravillosamente complejo, pero es racional, es comprensible para el ser humano. De nuevo no hay ninguna razón para que un universo surgido del caos esté "abrumadoramente ordenado" (Hawking) ni para que
sea comprensible para unas criaturas surgidas a su vez del azar ciego y la
selección natural, unos primates algo más avanzados cuyas habilidades cognitivas
no son más que ventajas evolutivas y deberían bastarle solo para sobrevivir, no para enviar sondas a Plutón. A menos que las mentes de estas criaturas surgidas del azar sean un pálido reflejo de la Mente primordial de donde esas mentes surgieron, la racionalidad del universo es un misterio irresoluble.
4. No se trata de colocar a un "dios-comodín" (Corredoira dixit) en el agujero de lo que aún no conocemos para taparlo sin más y salir del paso. Se trata de que hace siglos, cuando la física y la cosmología estaban menos que en pañales, la teología ya intuyó y describió a un Creador cuyo carácter
"encajaba", entonces y ahora, con las cualidades de las "cosas creadas" que la
cosmología actual va descubriendo (para comprobar que esto es cierto,
basta echar un vistazo a toda la bibliografía teológica de que
disponemos, algo que nuestros ateos, por supuesto, se cuidan mucho de hacer). En definitiva, no se trata de imaginar un dios-tapón a medida del agujero amorfo de nuestra ignorancia,
se trata de que al puzle que ya conocemos le falta una pieza y el Dios
Creador que siempre sugirió el teísmo tiene la forma exacta de esa pieza que falta. Soler Gil ofrece múltiples datos científicos y filosóficos, así como abundante bibliografía para apoyar su tesis.
***
Argumentos de López Corredoira.
***
Argumentos de López Corredoira.
Dios no existe porque:
1. Los curas son unos impresentables.
Y punto.
No me crean, no tienen por qué hacerlo :-). Lean el libro y comprueben por ustedes mismos lo que digo. Corredoira, cuya inteligencia y erudición quedan fuera de toda duda, hace del sarcasmo y la burla su argumento estrella. Cuando una y otra vez se ve contra las cuerdas, se limita a decir "dejemos el tema" y dedica más de la mitad de sus intervenciones a desarrollar la falsa "hipótesis" (falacia ignoratio elenchi, más bien) de que Dios no existe porque la historia del cristianismo está sembrada de desmanes, muchos de los cuales son descritos con pelos, fechas y señales, llenando páginas y páginas con ellos, como si nuestro ilustre ateo creyera realmente que eso prueba la inexistencia de Dios. (¿Creerá esta pamema de verdad? Horrenda duda me asalta :-)). Soler Gil le pide que vuelva a los argumentos científicos porque ese que Corredoira propone "es otro debate" en el que no le importa entrar, pero que nada tiene que ver con la idea original que les llevó a iniciar el proyecto divulgativo que nos ocupa. Pero nuestro físico teórico no quiere soltar la presa, entre otras razones, porque no tiene otra presa mejor que esa, aunque esa sea irrelevante. Si tuviera otra presa mejor, evidentemente, la habría usado :-) Al final, a Soler Gil no le queda otra que hablar de religión, a su pesar.
Por favor, no me crean. Léanlo.
Cabe un apunte más. Como ya dijimos en esta entrada
respecto a James P. Moreland, el hecho de que traigamos aquí un texto
del profesor Soler Gil no significa que apoyemos todo su ideario y sus conclusiones referidas a
otros ámbitos que no sean el exclusivamente filosófico y científico. Soler Gil es
católico, pero si lo traemos a nuestro sitio no es como seguidor de tal o cual credo, sino en calidad de experto en filosofía de la
física. Es cierto que su pensamiento parte
del teísmo, como el de los ateos parte del ateísmo, ni más ni
menos. Todo el mundo tiene que partir de una cosmovisión siempre PREVIA. Tampoco estamos de acuerdo con todo el ideario del intelectual
ateo John N. Gray, y, sin embargo, en su momento subrayamos cada palabra de este artículo firmado por él. Recordamos,
una vez más, que si alguien no toma en consideración las tesis de Soler
Gil solo porque es católico (en lugar de rebatir sus planteamientos
científicos y/o filosóficos con otros planteamientos científicos y/o
filosóficos) estará incurriendo en una falacia ad hominem. Otros autores, sin estar adheridos a ninguna religión, sostienen las mismas tesis que él.
***
***
Volviendo a Corredoira y ya, para terminar, resulta curioso que en "¿Dios o la materia?" el doctor muestre tan conmovedora confianza en el método científico y en las conclusiones que muchos filósofos materialistas como él deducen a partir de los datos obtenidos por ese mismo método, así como en la llamada "ciencia promisoria o prometida". Y digo que es curioso, no porque esto no sea lo habitual, sino porque esa actitud no coincide con el escepticismo que muestra hacia esta misma disciplina en otras publicaciones:
Léase, por ejemplo, esta jugosa declaración de Corredoira al diario digital Diagonal:
"Ciertamente, hoy no queman en la hoguera a nadie por hereje, pero es difícil desarrollar un pensamiento original en la ciencia, porque el sistema, la mayoría de los colegas, se opondrán a ello".
O esta:
"Lo que predomina en la clase científica en la cosmología es claramente el modelo oveja/ganso, seguir a los pastores del rebaño por una cuestión de creencia en su autoridad; y también por una cuestión pragmática de poder sobrevivir en el mundo de la investigación, pues es muy difícil conseguir dinero para un tipo de investigación heterodoxa".
O, respecto a la revisión por pares:
"Hay algunos casos, sí, de malas prácticas intencionadas, de árbitros que rechazan publicar algo por su propio beneficio. Sin embargo, el problema general del peer review (revisión por pares) no es éste. El problema, en mi opinión, es que se tiende en general a eliminar las ideas demasiado rompedoras. Hay una especie de conservadurismo científico por el cual se prefiere publicar artículos que están siempre mareando la perdiz con las mismas ideas, con la seguridad de que eso funciona, y hay muchos árbitros, no todos, en las revistas más importantes que rechazan automáticamente cualquier intento de decir algo en discordancia con los estándares".
Y, por último, no se pierdan esta:
"... El modo de hacer ciencia hoy en día tiene mucho del sistema capitalista y democrático: la valoración de la ciencia en cuanto a la cantidad de publicaciones o los retornos económicos, el crear puestos de trabajo aunque sea para hacer cosas inútiles, el dejar que las mayorías impongan sus criterios sobre lo que es o no correcto..."
De todos modos, este también es otro debate... ¿O no?
Al final, hoy, como siempre, la eterna pregunta:
¿A quién creeremos?
Léase, por ejemplo, esta jugosa declaración de Corredoira al diario digital Diagonal:
"Ciertamente, hoy no queman en la hoguera a nadie por hereje, pero es difícil desarrollar un pensamiento original en la ciencia, porque el sistema, la mayoría de los colegas, se opondrán a ello".
O esta:
"Lo que predomina en la clase científica en la cosmología es claramente el modelo oveja/ganso, seguir a los pastores del rebaño por una cuestión de creencia en su autoridad; y también por una cuestión pragmática de poder sobrevivir en el mundo de la investigación, pues es muy difícil conseguir dinero para un tipo de investigación heterodoxa".
O, respecto a la revisión por pares:
"Hay algunos casos, sí, de malas prácticas intencionadas, de árbitros que rechazan publicar algo por su propio beneficio. Sin embargo, el problema general del peer review (revisión por pares) no es éste. El problema, en mi opinión, es que se tiende en general a eliminar las ideas demasiado rompedoras. Hay una especie de conservadurismo científico por el cual se prefiere publicar artículos que están siempre mareando la perdiz con las mismas ideas, con la seguridad de que eso funciona, y hay muchos árbitros, no todos, en las revistas más importantes que rechazan automáticamente cualquier intento de decir algo en discordancia con los estándares".
Y, por último, no se pierdan esta:
"... El modo de hacer ciencia hoy en día tiene mucho del sistema capitalista y democrático: la valoración de la ciencia en cuanto a la cantidad de publicaciones o los retornos económicos, el crear puestos de trabajo aunque sea para hacer cosas inútiles, el dejar que las mayorías impongan sus criterios sobre lo que es o no correcto..."
De todos modos, este también es otro debate... ¿O no?
Al final, hoy, como siempre, la eterna pregunta:
¿A quién creeremos?
Disculpen las mayúsculas.
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Pueden ver todos los títulos consultados en la elaboración de este blog en nuestra Bibliografía.
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