"Por una parte, la cosmología actual surge, desde el punto de vista teórico, de la ecuaciones cosmológicas de Einstein, complementadas por las soluciones de Friedman y Lemaître, que suponen un universo finito. Por otra parte, desde el punto de vista práctico o experimental, se configura a partir de diversas observaciones cósmicas, entre las que podemos citar las siguientes:
1. La recesión universal de las galaxias, descubierta por Hubble y Humason, y la ley de Hubble, de donde se deduce que el universo se está expandiendo.
2. La constancia en todo el universo de las proporciones de helio y deuterio respecto a la cantidad de hidrógeno.
3. La uniformidad de la radiación cósmica de fondo, por cuyo descubrimiento Penzias y Wilson recibieron el premio Nobel en 1978; la distribución espectral de Planck, estudiada por Mather; y las pequeñas anisotropías detectadas en la radiación cósmica de fondo analizando los datos proporcionados por telescopios especiales montados en satélites (Smoot).
4. Las deducciones precisas de la 'edad' del universo y la 'constante' de Hubble a partir de las medidas realizadas por el satélite WMAP de la NASA en 2003 y publicadas en 2012, y por el satélite Planck de la Agencia Espacial Europea, publicadas en 2013.
Permítanme un inciso; aunque es obvio, explicamos brevemente por qué los autores insisten en aportar pruebas científicas que demuestran la finitud del universo: Cuando los creyentes preguntan en justicia por la "causa" que dio origen al universo, los ateos suelen contraatacar con el consabido "¿y quién creó a Dios? Si dices que todo tiene una causa, Dios debe tenerla también", una táctica dialéctica muy común en estos interminables debates filosóficos que inevitablemente obliga al teísta a reconocer la regresión ad infinitum. Este tema merece una exposición más extensa que dejaremos para un futuro post, pero lo que interesa aquí es comprender por qué es tan relevante que el universo tuviera un inicio y sus implicaciones, y es que, lo que la experiencia empírica demuestra no es que "todo tiene una causa", como erróneamente argumentan los creyentes. El enunciado correcto es: "todo lo que tiene un comienzo tiene una causa" :-). El matiz es sutil, pero decisivo, tan decisivo que Einstein necesitó mucho tiempo para hacerse a la idea de que el universo no es infinito y Hawking lleva décadas realizando enrevesados equilibrios matemáticos en un intento titánico por "diluir" ese principio. ¿Por qué tanto esfuerzo? Porque si la experiencia demuestra que todo lo que tiene un principio tiene una causa, el universo, como parte de esa misma experiencia y por tener un comienzo, tuvo que tener una causa también.
¿Y qué pasa con Dios? ¿No tuvo una causa? A Dios todas las tradiciones, todos los credos, todas las filosofías, todas las escuelas de pensamiento le han otorgado siempre el turbador calificativo de "eterno". El universo necesita una causa porque, lo sabemos ahora, es un "objeto" (así lo acepta la cosmología) y, como todo objeto, tuvo un principio. Dios no es un objeto, no tuvo principio, por tanto, no tuvo causa. Así de fácil.
¿Que cómo puede ser Dios eterno? Bueno, hasta que se postuló la teoría del Big Bang, los ateos no tenían problemas en aceptar el concepto de eternidad aplicado al universo, ¿por qué tienen tantos problemas para aceptar la eternidad de Dios? :-).
Tocamos este tema más extensamente aquí y aquí.
En los años cincuenta del siglo pasado competían entre sí dos teorías cosmológicas: la del Big Bang, propuesta por Gamow, Alpher y Herman a partir de la formulación de Lemaître, que postulaba una 'gran explosión' inicial, y la teoría del 'estado estacionario', desarrollada por Bondi, Gold y Hoyle, que partía de un universo sin principio y estacionario, pero en perpetua expansión, aunque manteniendo constante la densidad, como consecuencia de la creación continua de materia a partir de la nada.
La segunda teoría (la del estado estacionario) podría considerarse compatible con un universo autocreado o autosuficiente, pero la radiación cósmica de fondo, descubierta en 1965, era muy difícil de compatibilizar con esa teoría. En cambio, encaja perfectamente en el marco de la primera teoría (la del Big Bang). De hecho, su existencia había sido predicha muchos años antes.
Durante la década de los 70, la teoría del Big Bang, apoyándose en los tres primeros puntos indicados más arriba, se convirtió en el modelo cosmológico estándar. Pero la teoría del Big Bang podía presentar algunos problemas:
1. El del horizonte: nuestro universo y la radiación cósmica de fondo son muy homogéneos. Con la teoría clásica, dos puntos diametralmente opuestos del universo visible podrían presentar características muy distintas.
2. La ausencia de monopolos magnéticos, unas partículas que deberían haberse generado en gran número cerca del Big Bang y que, a pesar de que se las ha buscado, no han podido ser detectadas.
En 1978, Alan Guth propuso la teoría de la inflación, una modificación de la teoría del Big Bang que podría resolver esos problemas. Igual que en la teoría del estado estacionario, Guth propone que se creó energía 10 -37 segundos después del Big Bang, pero sólo durante muy poco tiempo. Esta teoría alcanzó pronto gran popularidad entre los cosmólogos teóricos y hoy sigue teniéndola, a pesar de que viola el principio de conservación de la energía y presenta otras inconsistencias lógicas asociadas, a lo que tendríamos que añadir que los problemas, que se supone que solventa, podrían también resolverse de otras maneras. Lamentablemente, es imposible comprobarla en la práctica, pues las energías correspondientes a la inflación cósmica están muy lejos del alcance de los aceleradores más potentes.
En la actualidad la idea de que el universo podría ser auto-creado y autosuficiente ha sido muy divulgada, especialmente a raíz del libro de Stephen Hawking, Breve historia del tiempo. Para Hawking, si se pudiera eliminar el instante t=0 (es decir, si el universo no hubiese tenido principio), no haría falta recurrir a un Dios creador. Para conseguirlo, Hawking y Hartle propusieron una teoría nueva (la gravedad cuántica) que combinaría la teoría de la relatividad con la mecánica cuántica. Según esta teoría, el tiempo dejaría de tener sentido antes del instante 10 -43 segundos después del Big Bang, y se transformaría en una cuarta dimensión del espacio. Por lo tanto, no habría habido principio.
Aunque la teoría de Hawking y Hartle está hoy abandonada, han surgido otras teorías de la gravedad cuántica más o menos semejantes, por lo que la controversia continúa. De nuevo, estas teorías son imposibles de comprobar, porque se encuentran aún más lejos que la de Guth del alcance de los aceleradores de partículas actuales. Sin embargo, han dado lugar a la idea, muy extendida entre los ateos, de que el universo habría podido salir de la nada como fluctuación espontánea del vacío, por lo que sería auto-creado y autosuficiente.
Estas teorías, entendidas como respuesta de los ateos a la necesidad de un Dios creador, presentan tres problemas muy importantes:
1. Ya santo Tomás de Aquino (en el siglo XIII) afirmó que no es necesario suponer que la creación tuvo lugar en un instante inicial determinado, por lo que la eliminación del instante t=0 no supondría, ni una sorpresa para los teólogos, ni un problema para la existencia de un Dios, que no se apoya exclusivamente (ni nunca se ha apoyado) en que el universo tenga principio.
2. Es cierto que la física moderna tiene motivos para suponer que el vacío está cargado de energía y que es posible que aparezcan pares de partículas virtuales que surgen de él espontáneamente y que vuelven a desaparecer, aniquilándose, una fracción de segundos después. Pero, pasar de ahí a la generación espontánea de universos enteros a partir del vacío es dar un salto demasiado grande (un salto de fe, añadiríamos nosotros :-)). No hay hasta ahora razones para suponer que tal fenómeno sea posible, ni siquiera razonable.
3. Por último, muchos científicos ateos confunden la nada con el vacío. (Hawking mismo, por ejemplo, otro físico nos cuenta aquí, en qué consiste ese error). El vacío ( es decir, el vacío cuántico del que hablan los físicos) no es la nada, es algo, porque en él hay espacio y energía (y partículas virtuales salidas de no se sabe dónde, que surgen y se aniquilan). Si el universo hubiese salido espontáneamente del vacío (cuántico), habría que explicar por qué existía ese vacío y por qué tenía unas propiedades que hiciesen posible la aparición espontánea de universos a partir de él. El problema de la creación no habría desaparecido. En cambio, la nada es algo completamente diferente. En efecto, la nada es la ausencia total de TODO, incluidos los vacíos cuánticos con sus burbujeos de partículas virtuales.
Cuando Bertrand Russell debatió en la BBC hace muchos años con el P. Copleston, SJ., sobre la existencia o no de un Creador, admitió abiertamente que la existencia del mundo es un hecho bruto y una singularidad, pero rehusó pasar más adelante. Según el P. Stanley Jaki, OSB, 'los ateos que ven la lógica como su fortaleza inexpugnable, deberían reconocer que no fue sólo la lógica la que llevó a los científicos del siglo XX a concluir que el mundo es una singularidad omnicomprensiva'".
Julio A. Gonzalo
Doctor en Ciencias Físicas por la universidad Complutense de Madrid
Catedrático de Física de Materiales
Doctor Honoris Causa por la Universidad del País Vasco
Miembro de la Real Sociedad Española de Física
Y
Catedrático de Lenguajes y Sistemas Informáticos
Ha sido profesor de las Universidades Politécnica, Complutense y Autónoma de Madrid
(Anotaciones en gris añadidas)
Clic en el enlace para más información.
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"Hawking
supone que las leyes de la física son tan fuertes que implican la
existencia necesaria de la materia... Pero las leyes de la física no pueden ser tan fuertes como para forzar la
autocreación de un mundo obligado a obedecerlas (incluso antes de que esas mismas leyes "creadoras" existieran, puesto que esas leyes nacieron con el universo mismo). Añadido mío.
Los
intentos actuales de hacer que el universo sea el creador de sí mismo,
surgiendo de la nada, tampoco responderían a esa pregunta (la pregunta de Leibniz), porque usan
una 'nada' que no es tal por estar dotada de potencialidades creadoras que hay que suponer previas.
Antonio Fernández-Rañada
Físico español
Catedrático
de la Facultad de Física en la Universidad Complutense de Madrid donde
ha ocupado también las cátedras de Mecánica Teórica, Física Teórica y
Electromagnetismo
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"Tomemos afirmaciones tales como 'no debemos pedir una explicación de por qué existe el mundo; está aquí y eso es todo' o 'como
no podemos aceptar una fuente trascendente de la vida, escogemos creer
lo imposible: que la vida surgió espontáneamente, por azar de la
materia', o 'las leyes físicas son leyes alegales, que surgen del vacío (sin legislador): ¡fin de la discusión!'. Parecen a primera vista argumentos racionales que tienen una autoridad especial porque irradian cierto tono solemne. Pero, por supuesto, esto no es ninguna prueba de que sean racionales, y ni siquiera de que sean argumentos.
En esto, a mi modo de ver, reside el peculiar peligro, el mal endémico, del ateísmo dogmático".
Antony Flew
Filósofo y escritor inglés
Profesor en Oxford y otras muchas universidades
Perteneció a la escuela del pensamiento evidencialista
Extracto de "Dios existe", pág. 86
Así es, la opción más socorrida y usada en el mundillo ateo, es contestar con un rotundo "porque sí" a la pregunta de Leibniz de por qué existe algo -Todo- en lugar de nada. Una pregunta, por otra parte, perfectamente lícita, pues, en buena lógica, que no hubiera nada -que de la nada hubiera brotado nada- sería lo más fácil, lo más natural, lo más razonable :-). Sin embargo, y he aquí la paradoja, este argumento tan razonable les resulta irracional a los esforzados paladines de la Razón y de la Lógica, que insisten en hacernos creer que de la nada surgió todo. Una hazaña ésta, la creación ex nihilo, que, por cierto, el universo no ha vuelto a repetir desde el Big Bang -jamás se ha vuelto a ver algo saliendo de la nada-. Si el universo tiene esa, llamémosle, sorprendente "habilidad" :-) ¿por qué se contentó con exhibirla sólo una vez?
"Porque sí".
Y punto en boca.
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Todos los posts sobre el Big Bang, aquí.
(Disculpen el cambio en el tamaño de la fuente de unos párrafos a otros y de unas entradas a otras. No tengo la menor idea de por qué ocurre :-), pues siempre elijo la misma opción de diseño. Si alguien sabe la razón, no me vendría mal un consejito. Gracias).
Enlace externo:
Stephen Hawking no lo hizo todo (Divulgación de la Ciencia)