Los historiadores ni siquiera están seguros de que esta cita sea realmente de Epicuro, solo se le atribuye, pero supongo que la reconocen :-) es una de las favoritas de nuestros ateos. En este post y en el siguiente les ofrecemos un par de réplicas.
Aunque el argumento que compartimos es de Alvin Plantinga, el modo magistral de exponerlo se lo debemos, una vez más, a Manuel Alfonseca. Supongo que se me nota lo mucho que le envidio, entre otras cosas, esa habilidad suya para la concisión, algo de lo que una servidora carece por completo :-) Nuestros sufridos lectores ya se habrán dado cuenta.
Les dejamos con el profesor:
"En el mundo existen males aborrecibles, reconocidos por todos. Pensemos en la solución final para el exterminio del pueblo judío y los experimentos de los médicos nazis con seres humanos. Estos males aborrecibles no lo son como consecuencia de opiniones personales, sino porque el hecho en sí es horrible. Pero, en un universo materialista, un mal aborrecible no podría existir: la hostilidad, el odio, incluso hacia las personas más allegadas, debe entenderse como el esfuerzo de los genes para asegurar su supervivencia (Dawkins dixit). No puede haber nada perverso ni antinatural en ello. Luego el materialismo lleva a la conclusión de que el mal no existe (el deber del hombre no está escrito en ninguna parte, ¿recuerdan?). En tal caso, no se puede utilizar el problema del mal para demostrar que Dios no existe. En cambio, si partimos de que Dios sí existe, esos hechos son horrorosos, profundamente perversos, porque son un desafío contra Dios (mismo), la fuente de todo lo bueno... Luego la existencia del mal se convierte en un indicio de la existencia de Dios".
Pueden leer el artículo completo aquí. Si yo fuera usted, no me lo perdería.
(Aunque muchos le conocen solo por ser el autor de "Las Crónicas de Narnia" :-))
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"Pero entonces, ¿quién define el crimen? ¿Quién el bien y el mal? Todos los sistemas tradicionales colocaban la ética y los valores fuera del alcance del Hombre. Los valores no le pertenecían: se imponían y era él quién les pertenecía. Ahora sabe que son sólo cosa suya, y al ser por fin su dueño le parece que se disuelven en el vacío indiferente del universo. Entonces es cuando el hombre moderno se vuelve hacia -o mejor contra- la ciencia calibrando su terrible poder de destrucción, no sólo de los cuerpos, sino de la misma alma".
Jacques Monod
Bioquímico francés
Premio Nobel de Medicina en 1965
Autor de "El azar y la necesidad"
Aclarado lo cual, si el lector agnóstico o ateo decide no tomar en consideración este argumento esgrimiendo como única excusa que lo firma alguien que profesa alguna religión, estará incurriendo en una burda falacia ad hominem.
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Resumamos: si usted es ateo y consecuente con sus creencias, el concepto del "mal" para usted debería ser una invención subjetiva. El mal no existe. Si reconoce la existencia del mal objetivo (y, por tanto, de su opuesto, el bien), es que está reconociendo también la existencia de una Moral Ideal, superior, ajena al curso de la evolución de las especies y, por ello, externa al Hombre mismo. Un código ético tomado como referencia universal, establecido... ¿Por quién? Al aceptar la existencia del mal, usted está aceptando indirectamente la existencia de Dios. O reconoce que Dios existe, o reconoce que el concepto "mal" no es más que una simple quimera y, por tanto, irrelevante y de nula validez argumental en el debate que nos ocupa. No puede creer a la vez en la existencia del mal y la inexistencia de Dios. Llegamos así a la conclusión de que el conocido argumento ateo "si Dios existiera, no habría mal" es falaz.
El espejismo de Dawkins
El Señor del Azar
El gen egoísta... o no. Denis Noble versus Richard Dawkins
Más citas con foto, aquí.
Bibliografía del sitio.