"Siendo niños estábamos agradecidos con los que nos llenaban los calcetines por Navidad. ¿Por qué no agradecíamos a Dios que llenara nuestros calcetines con nuestros pies?"
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"Hay algo que da esplendor a cuanto existe, y es la ilusión de encontrar algo a la vuelta de la
esquina"
G. K. Chesterton
Escritor, periodista y ensayista británico
¿Quién sabe si eso que os espera a la vuelta de la próxima esquina es
la felicidad? Por si acaso, estas fiestas, no dejéis de doblar esquinas,
de atravesar puentes, de escudriñar mapas. Buscad a la Caprichosa Dama
en los lugares más absurdos, porque allí es donde gusta ocultarse, justo
donde nunca pensásteis encontrarla. Levantad las piedrecillas del parque,
dad la vuelta a cada hoja seca, preguntad a cada brizna o a esos bravos
insectos que perviven en el frío. ¿Quién sabe? En todo podría ocultarse una pista que lleve hasta ella. Sobre todo, volcad sobre la cama los
cajones del corazón, como cuando buscáis en los cajones del tocador ese
broche o alfiler de corbata que hace siglos que no os ponéis, porque sé que Ella tiende a
buscar refugio en lugares secretos, y podría estar enmadejada con la
pelusilla a la que nunca llega la bayeta.
Eso sí, cuando la encontréis,
sed solidarios, dejad miguitas de luz en el camino hacia su escondite,
para que los demás también la veamos. Y, cuando, por fin, la tengáis en
casa, tratadla bien, sacad la alfombra roja, la mejor mantelería, la
cubertería que os regaló la abuela cuando os casasteis... Haced que la
Felicidad se sienta mimada y acogida, para que el seis de enero no
decida que su visita ya va siendo demasiado larga.
Y compartidla, que la felicidad compartida, en vez de reducirse, se expande… Es una de sus extrañas habilidades.
Ojalá esta Navidad la Felicidad se siente a vuestra mesa, brinde con
vosotros, por vosotros y por ella misma, y esté allí tan a gusto que se
convierta en una de esas huéspedes pesadas que nunca encuentran el
momento de marcharse, y, al final, hay que ir al Ikea a comprarle una
cama supletoria. El gasto valdrá la pena :-)
Feliz solsticio a aquellos que no son cristianos y también a los cristianos que no celebran la Navidad. Felicidades, en fin, a todos nuestros lectores, ateos, creyentes de cualquier credo, y agnósticos, todos, cada cual a su modo, buscadores de la Verdad. Brindemos por otro año de apasionantes logros científicos que alimenten el fascinante debate ciencia-fe.
Pero, sobre todo, brindemos porque, en el próximo año, se inauguren por fin los avances más esperados: el de la tolerancia, la armonía y el acercamiento entre los pueblos, y el respeto a la diversidad.
Un abrazo
Ana