"La ciencia, aliada de las luces, está muy alejada del cientificismo que impregna el discurso social dominante en la actualidad... En la época del empuje a la transparencia, se impone la opacidad derivada del cientificismo.
La ciencia así concebida pasa a ser dogma, sus divulgadores los nuevos sacerdotes, y sus resultados la única esperanza. De este modo, si a algo se le añade el calificativo de científico pasa a ser incuestionable e imponerse sobre cualquier otro criterio de decisión. Se anula así la libertad de elección, incluso en el ámbito político...
Lo que 'está demostrado científicamente' (lo esté realmente o no) pasa a ser incuestionable y adquiere el valor de la verdad revelada. Así la verdad cientificista, conduce a un nuevo oscurantismo y a un modelo de civilización profundamente inquietante... El cientificismo marca una orientación hacia la anulación del sujeto y la limitación de su libertad. Así, lo científicamente correcto se hará equivalente a lo políticamente correcto, ignorando que si bien la Ciencia puede alcanzar conocimiento, eso no significa que vaya a lograr la sabiduría. De no ser así, los Comités de Ética resultarían superfluos...
El cientificismo es la nueva fe atea que trata de llenar el vacío que han dejado el ocaso de los discursos tradicionales. Así la Ciencia, como significante único, se constituye en un mito. Si la Ciencia se sacraliza, cualquier crítica a los supuestos científicos será juzgada como retrógrada. Esto conduce a un nuevo modelo de civilización... Los efectos de esta deriva son ya especialmente visibles en el ámbito de las prácticas psi (psiquiatría, psicología, psicoterapia...) con el intento de reducir el ser humano a la suma de variables cuantificables que podrían ser remodeladas por medio de la ingeniería conductual o, más directamente, mediante el recurso a la manipulación cerebral directa.
Este sujeto transhumano, sería el resultado de una sociedad científica de control. Una sociedad en la que el Panopticum de Bentham se uniría al Gran Hermano de Orwell y al Leviatán de Hobbes, para generar un autoritarismo incorpóreo. Un autoritarismo más difícil de combatir al no estar encarnado en ningún amo. Un autoritarismo de nuevo cuño, resultado de la perversión de la ideología de la prevención, que nos está conduciendo al surgimiento de un nuevo higienismo.
La imposición de este modelo como único favorece la anulación de las diferencias ideológicas. Por eso
el discurso cientificista ha pasado a ser patrimonio de izquierdas y derechas, porque todo aquello que es postulado como verdad científica transciende el debate de las ideas y no admite cuestionamientos ideológicos".
Manuel Fernández Blanco
Psicoanalista y psicólogo clínico de la Unidad de Salud Mental
Infanto-Juvenil del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña
Párrafos extraídos del prólogo al ensayo de Javier Peteiro Cartelle "El autoritarismo científico", 2010.
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