"Al ateo le vale cualquier explicación que venga con la etiqueta
científica. Recomiendo que echéis un vistazo, acompañados de amigos ateos,
a varios de los programas que en las últimas temporadas Punset dedicó
en su programa "Redes" a la Teoría de Cuerdas. Gracias a la física cuántica oímos
esta afirmación fascinante que tantos ateos defienden: 'está
demostrado' (dicen ellos) que existen diez o doce dimensiones y no solo las cuatro que
percibimos. Esta afirmación no deja de ser curiosa porque en ella el
ateo afirma creer en algo que, en ningún caso podría ver ni sentir... Simplificándolo todo mucho, lo que se afirma es que cada una de
las posibilidades ante un acontecimiento físico, no solo son posibles,
sino que en realidad ocurren. El motivo de que solo veamos una de las
consecuencias ante una acción física es que nosotros nos encontramos en
el universo en el que esa acción ocurre. Esto tan enrevesado nos otorga a
nosotros como individuos nada más y nada menos que la capacidad de
crear universos paralelos completos con el mero hecho de lanzar una
moneda al aire (creando un universo en el que sale cara y otro en el que
sale cruz con un futuro y un desarrollo totalmente distintos entre sí).
En caso de ser cierta, esto significaría la existencia de universos
infinitos (Multiverso), e incluso la existencia de universos en los que
las leyes de la física se comportasen de modo distinto al nuestro,
universos con solo dos dimensiones, universos en los que las densidades,
la gravedad, el tiempo fuesen diferentes.
Si hacéis el experimento que os he dicho, al final del programa el ateo
creerá en la posibilidad de universos paralelos y, no solo eso, sino en
su capacidad personal de crearlos por sí mismo. Es decir, creerá en la
magia porque la ciencia le ha dicho que la magia cabe dentro de un
modelo matemático. Obviamente él no es capaz de entender por qué ocurre
esto, pero en realidad le da igual, asume que otros sí lo entienden y él
tiene fe en éstos (Doctores tiene la Iglesia :-)). Solo dejará de creer en ello si otro científico o
grupo de científicos convencen a la mayoría de científicos de que eso es
solo magia y de que las ecuaciones que llevaron a plantearse esa teoría
estaban erradas en su quincuagesimotercer paso. En ese momento volverá a
cambiar de opinión respecto a la existencia del Multiverso porque sus
profetas, sus sacerdotes y sus 'teólogos' le han dicho que los
planteamientos iniciales no eran correctos. Sería parecido a lo que
sintió un católico cualquiera cuando la Iglesia le dijo que no era
necesario hablarle a Dios en Latín, que Él también entendía el Gallego.
(Respecto) al Universo, hay una cosa curiosísima en la composición del
mismo. Resulta que sabemos que está compuesto en aproximadamente un
4% , de la materia convencional o conocida. O lo que es lo mismo, no
tenemos ni idea de qué está compuesto el 96% de la materia que nos
rodea. Para poder hablar de esta anomalía se ha bautizado a este 96%
como materia y energía oscura. La materia y energía oscura es,
simplificándolo mucho, algo que tiene que estar pero no estamos seguros
ni podemos demostrar que esté. Sin embargo, ante estas y otras lagunas
que tiene la ciencia en general y la física en particular, el ateo con
fe en la ciencia y los científicos responde 'el que no lo hayan
explicado a día de hoy no implica que no lo vayan a hacer en el futuro'.
De esta forma el ateo demuestra que su fe en la ciencia es tan ciega
que no está dispuesto a creer ni tan siquiera a plantearse nada
alternativo hasta que la ciencia le diga qué creer. Es más, cree
fervientemente en que la ciencia va a explicar y dar solución a algo que
nunca jamás ha solucionado de la misma forma en la que yo creo que
rezando a San Romualdo me va a tocar la Bono Loto.
Después de esto, creo que una filosofía basada en la ciencia que, en la
práctica general, se basa en la confianza en las personas por encima de
la comprensión de lo que dicen; una filosofía que permite plantearse
creer en la magia, en mundos paralelos, en infinitos individuos
idénticos a mí repartidos por el Multiverso fruto de todas las
decisiones que he podido tomar; una filosofía que cree firmemente que se
van a explicar todas las dudas existentes tarde o temprano porque el
camino propio es El Camino; una filosofía que permite unir esos tres
elementos es una filosofía que se puede decir que se vive desde la fe.
Antes de terminar me gustaría aclarar un pequeño error que todos
cometemos y que yo he introducido adrede en esta entrada. Se
utiliza muy a menudo la palabra 'ciencia' incorrectamente refiriéndose a
las ciencias exactas y como contraposición a la religión. Decir que la
religión es una ciencia me parecería un exceso, pero desde luego que la
teología lo es, del mismo modo que lo es la filosofía o la historia.
Porque una ciencia no implica que el conocimiento que se obtenga a
través de ella sea infalible. Un profesor nos dijo durante la carrera
que una ciencia es un conjunto ordenado de conocimientos. La RAE define 'ciencia' como 'conjunto
de conocimientos obtenidos mediante la observación y el razonamiento,
sistemáticamente estructurados y de los que se deducen principios y
leyes generales'.
Y por último, quiero
aclarar que todo lo dicho no pretende ofender a nadie. No he negado la
validez de la ciencia, simplemente he analizado la forma que el común de
los mortales tiene de vivirla e interpretarla. De hecho yo creo en la
ciencia y creo firmemente que ciencia y religión son perfectamente
compatibles y en ningún momento he pretendido negar el Big Bang o cosas
similares, simplemente hacer ver a aquellos que presumen de
independientes, racionales e inquietos frente a los cegados por la fe,
supersticiosos, irracionales y dóciles fieles de una religión X, en
realidad no son muy diferente a ellos, simplemente han elegido 'su
religión'. Respetad a los que han elegido otra y no os creáis superiores
ni moral ni intelectualmente a ellos, porque ni ellos ni vosotros lo
sois".
Extractos de un artículo firmado por "Barrena" (lamento no poder dar más datos, no conozco de él más que su excelente prosa) en su blog
Lástima que haya decidido no actualizar a menudo porque es un sitio realmente interesante, con agudísimas y certeras disertaciones filosóficas, un irreductible bastión del verdadero criterio independiente.